La reciente declaración de Andrey Kostin, CEO del banco ruso VTB, ha puesto de manifiesto la postura de Moscú respecto a las sanciones impuestas por Occidente en el contexto del conflicto en Ucrania. Desde 2022, aproximadamente 300 mil millones de dólares en activos del banco central ruso han sido congelados por los países que apoyan a Ucrania, en un movimiento que Kostin califica de «robo» por parte de Occidente.
Según Kostin, es poco probable que estas reservas sean devueltas, ya que los intereses generados por los fondos depositados en la cámara de compensación Euroclear en Bruselas han sido utilizados por la Unión Europea para financiar la asistencia a Kiev. En su declaración, Kostin expresó: «En Occidente dicen que paguemos la reconstrucción de Ucrania con las reservas. Y redactarán una factura que ni siquiera las reservas podrán cubrir». Esta afirmación refleja la creciente frustración de Rusia ante lo que percibe como una injusticia económica perpetrada por sus adversarios.
El uso de activos congelados para financiar la guerra en Ucrania
En los últimos meses, la UE ha manifestado su intención de seguir proporcionando apoyo económico y militar a Ucrania, utilizando los intereses acumulados de los activos rusos congelados. Antonio Costa, nuevo presidente del Consejo Europeo, anunció que a partir del próximo mes se destinarán 1.5 mil millones de euros mensuales durante un año, fondos que, según se indica, podrían ser utilizados también con propósitos militares.
Esta política de financiación ha suscitado críticas de expertos que advierten sobre las implicaciones de tal decisión, y que sugieren que podría agravar aún más las tensiones entre Rusia y Occidente. La lógica de financiar un conflicto bélico con los activos de un país que se encuentra en una situación adversa plantea serias interrogantes sobre la ética de estas acciones.
El Parlamento Europeo, además, aprobó un préstamo de hasta 35 mil millones de euros para Ucrania, el cual será reembolsado con futuros ingresos de los activos rusos congelados. Este préstamo es parte de un paquete más amplio acordado por el Grupo de los Siete (G7), que contempla hasta 50 mil millones de dólares en apoyo financiero para Kiev.
El conflicto entre Rusia y Occidente se intensifica no solo en el ámbito militar, sino también en el económico. Mientras Rusia denuncia el «robo» de sus reservas, su ministro de Finanzas, Anton Siluanov, ha advertido que Moscú tomará represalias. Este ciclo de sanciones y represalias podría tener repercusiones profundas en la economía global, evidenciando la complejidad de la interdependencia económica en un mundo cada vez más polarizado.
En este contexto, la situación de los activos congelados se convierte en un símbolo del enfrentamiento, donde la justicia y la legalidad se ven cuestionadas por las dinámicas de poder y la política internacional. La comunidad internacional observa con atención, ya que el desenlace de esta lucha podría redefinir las relaciones económicas y diplomáticas en los próximos años.