El magnate Elon Musk, conocido por su influencia en el mundo empresarial y tecnológico, ha emergido como una figura clave en el círculo del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump. Según diversos medios, Musk ha destinado al menos 260 millones de dólares para apoyar la reelección de Trump, consolidándose como uno de los donantes más prominentes del Partido Republicano.
De los 260 millones de dólares, aproximadamente 238 millones fueron dirigidos a un comité de acción política (PAC) fundado por Musk este año, denominado America PAC. Además, el empresario también contribuyó con 20.5 millones al RBG PAC y 3 millones a la MAHA Alliance, lo que refleja una estrategia bien planificada para influir en la política estadounidense a través de su considerable capital.
El ascenso de Musk en la política estadounidense
Según el Washington Post, Musk invirtió 232 millones de dólares en apoyo a Trump y otros candidatos republicanos antes de las elecciones. Tras el triunfo electoral, y hasta finales de noviembre, Musk añadió casi 45 millones de dólares más a America PAC, llevando su gasto político total a un mínimo de 277 millones de dólares. Este nivel de inversión ha llevado a algunos medios y conservadores a apodar a Musk como el «co-presidente de los Estados Unidos» y «el Soros de la derecha», una referencia al conocido inversor y donante liberal George Soros.
La influencia de Musk no termina en las donaciones. Tras su victoria electoral, Trump nombró a Musk como asesor de eficiencia gubernamental, un cargo que le otorgará la responsabilidad de dirigir un nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental, conocido por sus siglas en inglés como DOGE. Musk ha prometido auditar el gobierno de Estados Unidos con el objetivo de recortar hasta 2 billones de dólares en gastos, una propuesta que ha generado tanto apoyo como críticas en un contexto político polarizado.
Con un patrimonio neto estimado en 362 mil millones de dólares, Musk es considerado el hombre más rico del mundo, según el índice de multimillonarios de Bloomberg. Su empresa, Tesla, ha visto un aumento del 80% en el valor de sus acciones en el último mes, lo que sugiere que está bien posicionado para beneficiarse de una posible desregulación en torno a los vehículos autónomos durante la nueva administración de Trump.
Este panorama plantea interrogantes sobre el futuro de la política estadounidense y la creciente influencia de los multimillonarios en la toma de decisiones gubernamentales, un fenómeno que se ha vuelto cada vez más común en las democracias contemporáneas.