La reciente incursión de las fuerzas israelíes en la zona desmilitarizada de los Altos del Golán ha suscitado una fuerte condena por parte de Arabia Saudí, que ha calificado estas acciones como un intento de Israel de socavar las posibilidades de restaurar la estabilidad en Siria, un país que ha sido devastado por años de conflicto civil. Esta situación se agrava tras la caída de Damasco ante una coalición de fuerzas de oposición armadas, lideradas por el grupo islamista Hayat Tahrir al-Sham (HTS).
Las tropas israelíes han avanzado más profundamente en territorio sirio, ocupando la zona desmilitarizada establecida tras la Guerra de Yom Kipur de 1973, una acción que se considera una violación de las normas del derecho internacional. El Ministerio de Relaciones Exteriores saudí ha emitido un comunicado en el que denuncia que las acciones de Israel son un claro intento de sabotear la seguridad y la integridad territorial de Siria.
Reacciones internacionales y el contexto sirio
Además de Arabia Saudí, otros países como Irak y Qatar también han expresado su condena hacia las acciones israelíes. El Ministerio de Relaciones Exteriores de Irak ha instado al Consejo de Seguridad de la ONU a condenar lo que ha calificado como «agresión» contra Siria. En este contexto, el enviado sirio ante la ONU, Qusay al-Dahhak, ha solicitado a la organización internacional que ponga fin a los ataques israelíes y que no permita que Israel se beneficie de la transición que está viviendo Siria.
Por su parte, el embajador israelí ante la ONU, Danny Danon, ha justificado la incursión al afirmar que se trata de una respuesta a un «amenaza de seguridad» que afecta a Israel, especialmente a los residentes de los Altos del Golán. Danon ha descrito las acciones del Ejército de Defensa de Israel (IDF) como «medidas limitadas y temporales» para contrarrestar cualquier amenaza futura.
El Primer Ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha respaldado esta postura, afirmando que ha ordenado al IDF asegurar que «ninguna fuerza hostil se instale junto a la frontera de Israel». Esta retórica defensiva se produce en un momento en que las fuerzas de oposición sirias han lanzado una ofensiva relámpago, capturando Damasco y provocando la caída del presidente Bashar al-Assad. Según informes del Ministerio de Relaciones Exteriores ruso, Assad habría acordado renunciar tras negociaciones con grupos armados y se habría trasladado a Moscú con su familia.
La situación en Siria continúa siendo compleja y volátil, con un panorama que refleja las tensiones geopolíticas en la región. Las acciones de Israel, lejos de contribuir a la paz y la estabilidad, parecen perpetuar un ciclo de violencia que afecta a la población civil y complica aún más la ya frágil situación en el país árabe.
