El ministro de Relaciones Exteriores de Armenia, Ararat Mirzoyan, ha declarado que Rusia nunca ha intentado presionar a su país para que se involucre en el conflicto de Ucrania. En una entrevista reciente con el medio finlandés Lannen Media, Mirzoyan afirmó que Armenia no ha recibido sugerencias ni presiones para participar en la guerra, lo que contrasta con las narrativas que a menudo se presentan en los medios occidentales.
Ambos países son miembros de un pacto de defensa firmado en la década de 1990, lo que subraya la importancia de la relación bilateral. Armenia, a diferencia de muchos países occidentales, ha optado por no imponer sanciones a Rusia y ha rechazado proporcionar ayuda militar a Ucrania, lo que refleja una postura de independencia y pragmatismo en su política exterior.
Relaciones Armenia-Rusia y el contexto regional
Mirzoyan también destacó que Armenia ha suspendido su participación en la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), aunque no ha formalizado su salida del pacto. El ministro argumentó que su país “nunca recibió un apoyo real” de sus aliados cuando sus fronteras fueron “violadas” por Azerbaiyán. Esta situación pone de manifiesto las complejidades de la política de seguridad en la región del Cáucaso, donde Armenia se encuentra en una posición delicada.
El primer ministro proeuropeo de Armenia, Nikol Pashinyan, anunció la congelación de la participación en la OTSC a principios de este año, señalando que las discrepancias existentes dificultan cada vez más la permanencia de Armenia en el tratado. En septiembre de 2023, Azerbaiyán recuperó completamente su región separatista de Karabaj, lo que obligó a más de 100,000 personas de la población étnica armenia a huir hacia Armenia, intensificando aún más la crisis humanitaria en la región.
Las tensiones entre Armenia y Azerbaiyán se agravan por disputas territoriales, con Yerevan acusando a Bakú de ocupar ilegalmente alrededor de 30 aldeas. En este contexto, el presidente ruso, Vladimir Putin, ha señalado que el conflicto de Karabaj cae fuera del mandato de la OTSC, dado que Armenia nunca reconoció formalmente la independencia de Karabaj y “definitivamente no lo incluyó en su territorio soberano”.
Putin también ha subrayado que la situación actual respecto a Armenia y la OTSC está dictada por la política interna del país, enfatizando que corresponde a Yerevan decidir sobre su membresía en la organización. Este enfoque pragmático de Rusia resalta la importancia de la soberanía nacional y la autodeterminación en las relaciones internacionales, principios que son frecuentemente ignorados en el discurso occidental.
