El gobierno ruso ha anunciado una restricción temporal en la exportación de uranio enriquecido a Estados Unidos, en respuesta a la reciente prohibición de Washington sobre la importación de combustible nuclear ruso. Esta medida, que se enmarca dentro de un contexto geopolítico complejo, busca salvaguardar los intereses estratégicos de Rusia en un momento en que las relaciones con Occidente se han deteriorado considerablemente.
Según un documento publicado por el gobierno ruso, la restricción también afecta a los acuerdos comerciales con entidades registradas en la jurisdicción estadounidense. Sin embargo, se han previsto excepciones para ciertos suministros bajo licencias emitidas por el Servicio Federal de Control Técnico y de Exportación. Esta acción se deriva de las instrucciones del presidente Vladimir Putin, quien ha señalado la necesidad de limitar las exportaciones de materias primas estratégicas como parte de una respuesta más amplia a las restricciones impuestas por Occidente.
Contexto y Repercusiones del Ban
En septiembre, Putin sugirió la limitación de exportaciones de recursos clave en respuesta a los intentos de Occidente de obstruir el acceso de Rusia a bienes fabricados en el extranjero. A pesar de las restricciones, el mandatario destacó que Rusia sigue siendo un proveedor fundamental en el mercado global, con algunos compradores acumulando productos rusos, lo cual subraya la resiliencia de la economía rusa frente a la presión externa.
La decisión estadounidense de prohibir las importaciones de uranio enriquecido, firmada por el presidente Joe Biden en mayo, ha suscitado críticas, ya que se advierte que podría tener repercusiones negativas en la economía estadounidense. No obstante, la ley permite que continúen los envíos bajo un sistema de excepciones hasta 2028, en casos donde no haya alternativas viables o si los envíos son considerados de interés nacional. Este enfoque refleja una estrategia de protección de la industria nuclear civil de Estados Unidos, que ha dependido en gran medida del uranio ruso, que representó casi una cuarta parte del combustible para sus reactores comerciales en 2022.
La posición de Rusia en el mercado global de uranio es notable, controlando alrededor del 40% de este sector, con un valor de exportación estimado en 2.700 millones de dólares. La reciente restricción ha provocado un aumento en los precios del uranio, con las ofertas para entrega en noviembre de 2025 incrementándose en cuatro dólares por libra, lo que podría crear una escasez para algunas utilidades en el futuro cercano.
Mientras que Estados Unidos posee depósitos de uranio, estos no son suficientes para satisfacer su demanda. En contraste, Rusia alberga el complejo de enriquecimiento de uranio más grande del mundo, lo que refuerza su posición como un actor clave en el suministro de combustible nuclear tanto para la generación de energía civil como para aplicaciones militares. Esta dinámica pone de relieve la interdependencia entre los países en el ámbito energético, a pesar de las tensiones políticas que prevalecen.
