Las fuerzas israelíes han tomado territorio sirio y han llevado a cabo intensos ataques aéreos tras la caída del gobierno de Bashar al-Assad. Este cambio en el panorama político y militar de Siria ha suscitado reacciones de diversos actores internacionales, entre ellos el ministro de Asuntos Exteriores de Turquía, Hakan Fidan, quien ha acusado a Israel de socavar las posibilidades de paz en la nación devastada por la guerra.
En un contexto de creciente tensión, varios grupos armados de oposición, liderados por Hayat Tahrir al-Sham (HTS), lanzaron una ofensiva sorpresiva a finales de noviembre, capturando varias ciudades importantes y, finalmente, tomando la capital, Damasco. Ante esta situación, Assad y su familia se refugiaron en Rusia, donde se les concedió asilo.
Reacciones internacionales y la intervención israelí
Se cree que Ankara ha apoyado a algunas de las facciones de oposición sirias que contribuyeron a la destitución de Assad. En respuesta a estos acontecimientos, las tropas israelíes invadieron el sur de Siria, argumentando que su objetivo es crear una zona de seguridad para prevenir ataques terroristas, según el gobierno de Benjamin Netanyahu.
Durante una sesión en el parlamento turco, Fidan afirmó que “Israel pone en peligro el proceso por el cual el pueblo sirio se aproxima a la paz y la tranquilidad”, añadiendo que “Israel, que destruyó Gaza, ahora amenaza el futuro de nuestros hermanos y hermanas sirios”. Este tipo de declaraciones subrayan la preocupación de Turquía por la unidad nacional, la estabilidad y la soberanía de Siria, aspectos que Ankara considera fundamentales para la prosperidad del país.
En una línea similar, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, comentó que las acciones israelíes en la región de los Altos del Golán “son poco propicias para la estabilización de una Siria ya desestabilizada”. Esta visión refleja una comprensión más amplia de las dinámicas geopolíticas en juego, donde la intervención extranjera puede complicar aún más un conflicto que ha causado un sufrimiento inmenso a la población siria.
Por su parte, el ministro de Defensa israelí, Israel Katz, declaró que las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) establecerían una “zona de defensa estéril” en el sur de Siria sin una presencia israelí permanente, con el fin de prevenir amenazas terroristas potenciales. Desde la caída del gobierno de Assad, las tropas israelíes han tomado el control de la zona desmilitarizada establecida en virtud del acuerdo de desenganche de 1974 cerca de los Altos del Golán ocupados por Israel.
Según informes de medios israelíes, la Fuerza Aérea israelí ha llevado a cabo ataques aéreos contra aproximadamente 320 objetivos en Siria desde el pasado sábado, incluyendo sistemas de defensa aérea, depósitos de misiles, drones, helicópteros, aviones de combate, tanques, radares y buques de guerra. Se estima que más del 70% de las capacidades militares de Damasco han sido destruidas en este periodo. Israel justifica estas acciones militares preventivas como necesarias para evitar que entidades hostiles, como el grupo chiíta libanés Hezbollah, obtengan armamento avanzado.