La figura del villano en el cine de terror ha sabido captar la atención y los miedos del público, dejando una huella duradera mucho después de que las luces del cine se apagan. Robert Eggers, director de la nueva versión de Nosferatu, se sintió inspirado por la interpretación de Bill Skarsgård como Pennywise en It: Chapter Two, lo que lo llevó a elegirlo para dar vida al vampiro Conde Orlok en su remake del clásico de 1922.
Eggers destacó la intensidad de la actuación de Skarsgård, comentando: “Eso fue aterrador. Pensé que Bill podría hacer de Orlok”. La efectividad de un villano en el cine de terror se sustenta en una combinación de maquillaje, vestuario, iluminación y ángulos de cámara, pero, sobre todo, en la capacidad del actor para dar vida a un personaje que encarna la amenaza.
Kendall R. Phillips, autor de Projected Fears: Horror Films and American Culture, argumenta que aquellos villanos que añaden un elemento de imprevisibilidad son los que realmente impactan a la audiencia. Ejemplos de ello son Freddy Krueger y el propio Pennywise. “Los villanos que realmente sorprenden son aquellos cuya naturaleza es extraña y desconcertante”, añade.
A través de los años, personajes como Freddy Krueger en A Nightmare on Elm Street, Jason Voorhees en Friday the 13th, y Michael Myers en Halloween, se han convertido en iconos del cine de terror. En 2024, el regreso de Orlok al cine, junto a Art el payaso de Terrifier y el personaje de Nicolas Cage en Longlegs, promete ofrecer nuevas experiencias terroríficas al público.
La interpretación de Skarsgård ha sido elogiada por sus compañeros de reparto. Lily-Rose Depp, quien interpreta a la obsesión humana de Orlok, expresó en Interview que hubo momentos en el rodaje que la asustaron genuinamente. Nicholas Hoult, otro de los actores del filme, destacó la presencia física de Skarsgård, acentuada por el vestuario y la caracterización que aportó al personaje.
Por otro lado, el director de Terrifier 3, Damien Leone, ha buscado crear un villano que se desmarque de las interpretaciones clásicas de payasos, como la de Tim Curry. Leone ha optado por un enfoque más sombrío y aterrador, utilizando una paleta de colores en blanco y negro que resalta la sangre en la vestimenta de Art el payaso. Este enfoque se inspira en los clásicos del cine de terror y busca evocar una sensación de inquietud que persista en el espectador.
Leone también ha enfatizado la necesidad de que Art mantenga su naturaleza impredecible y perturbadora, a pesar de su creciente popularidad entre el público. “Quería que se mantuviera como un personaje inquietante y perturbador, que no se convirtiera en un héroe”, afirmó el director. Esta conexión entre el público y el villano es una característica común en el cine de terror, donde la imprevisibilidad del personaje invita a la audiencia a intentar comprender sus motivaciones.
Phillips también señala que los villanos más icónicos han desarrollado una “firma visual clave”, tal como la máscara de Jason o el muñeco de Jigsaw. Esta característica no solo añade un aire de misterio, sino que también incrementa la tensión a su alrededor. La máscara, por ejemplo, permite al espectador experimentar la posibilidad de convertirse en alguien o algo diferente, aunque sea solo por una noche.
La combinación de actuaciones memorables, elementos visuales impactantes y una narrativa que desafía las expectativas es lo que convierte a estos villanos en figuras perdurables en el imaginario colectivo del cine de terror. Con el retorno de clásicos y la creación de nuevos personajes, el género sigue evolucionando, capturando la atención y el miedo de las audiencias de todo el mundo.
