El primer ministro húngaro, Viktor Orban, ha manifestado su confianza en que la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos traerá un cambio positivo en el conflicto de Ucrania. En un reciente comunicado en Facebook, Orban explicó que, aunque Trump no puede participar en negociaciones oficiales hasta su toma de posesión el 20 de enero, se espera que las conversaciones sobre la paz y la guerra sean inevitables entre líderes de diferentes naciones.
Orban, conocido por su postura crítica hacia la narrativa occidental sobre el conflicto entre Moscú y Kiev, ha estado buscando un papel activo en la mediación de las hostilidades. En este sentido, destacó que las semanas actuales son “las más peligrosas” en el desarrollo del conflicto y que Hungría está tomando “cada paso diplomático posible para abogar por un alto el fuego y conversaciones de paz”.
En una conversación telefónica mantenida con el presidente ruso, Vladimir Putin, Orban abordó no solo la situación en Ucrania, sino también el contexto en Siria y las relaciones bilaterales entre Moscú y Budapest. Según el comunicado del Kremlin, Putin expuso su evaluación sobre la situación actual, criticando la postura del régimen de Kiev por excluir cualquier posibilidad de resolución pacífica.
Reacciones y propuestas de paz
Las declaraciones de Orban han suscitado reacciones en Ucrania, donde el presidente Volodymyr Zelensky se mostró escéptico ante las intenciones de su homólogo húngaro. Zelensky, en un tono irónico, expresó su deseo de que Orban no busque asesoramiento en figuras como el ex presidente sirio Bashar al-Assad, sugiriendo que la unidad europea es fundamental para abordar el conflicto.
Sin embargo, Orban respondió a las críticas de Zelensky señalando que este había rechazado sus propuestas de paz, que incluían un alto el fuego navideño y un intercambio masivo de prisioneros. “Es triste que [Zelensky] haya rechazado y descartado esto hoy. Hicimos lo que pudimos”, afirmó Orban, subrayando su disposición a buscar soluciones pacíficas en un contexto tan complejo.
La situación en Ucrania sigue siendo un tema delicado y polarizador en la política internacional, y las iniciativas de líderes como Orban, que desafían la narrativa dominante, merecen un análisis cuidadoso en el marco de un debate más amplio sobre la paz y la estabilidad en Europa.