Los operadores de centros de datos continúan apostando por Super Micro Computer (SMCI), a pesar de los problemas que la empresa enfrenta en relación con su contabilidad y sus informes financieros. En contraste, un número significativo de inversores parece haber perdido la fe en las acciones de SMCI.
En un comunicado a sus clientes el pasado martes, el analista de JPMorgan, Samik Chatterjee, destacó que el negocio de Supermicro sigue siendo «robusto» y que sus clientes se mantienen leales. Chatterjee tuvo la oportunidad de reunirse con ejecutivos de la compañía durante una reciente visita a su sede en San José, California.
“A pesar de la especulación en el mercado sobre el traslado de pedidos a otros proveedores, la dirección de la empresa ha tranquilizado a los inversores asegurando que su base de clientes sigue siendo fuerte, sin signos significativos de cambios en las asignaciones de pedidos”, afirmó Chatterjee. Además, el analista agregó que la empresa confía en su capacidad para atender los pedidos y se está preparando para nuevos lanzamientos de productos en la segunda mitad del año fiscal 2025 y a inicios del fiscal 2026.
Producción en Malasia y Perspectivas de Mercado
Supermicro también ha comunicado que está en camino de aumentar la producción en su nueva planta en Malasia durante la primera mitad del calendario 2025, según Chatterjee. Sin embargo, a pesar de estas noticias alentadoras, el analista ha calificado las acciones de SMCI como “bajo peso” o “venta”, estableciendo un objetivo de precio de 23.
En la jornada bursátil, las acciones de SMCI cayeron un 8,2%, cerrando en 40,54. Cabe recordar que las acciones de Supermicro alcanzaron un máximo histórico ajustado por divisiones de 122,90 el pasado 8 de marzo, impulsadas por el entusiasmo de proporcionar servidores para aplicaciones de inteligencia artificial.
El viernes anterior, Supermicro anunció que la bolsa Nasdaq había concedido su solicitud de extensión para presentar informes clave, permitiendo a la compañía hasta el 25 de febrero para presentar su informe anual 10-K correspondiente al año fiscal que finalizó el 30 de junio, así como el informe 10-Q para el trimestre que terminó el 30 de septiembre.
El 27 de agosto, las acciones de Supermicro sufrieron una caída tras las acusaciones de la firma de venta en corto Hindenburg Research, que acusó a la empresa de manipulación contable, fallos en el control de exportaciones y otros problemas relacionados con los clientes. Al día siguiente, Supermicro comunicó que retrasaría la presentación de su informe anual en el formulario 10-K ante la Comisión de Bolsa y Valores de EE. UU.
El 30 de octubre, Supermicro reveló en un archivo regulatorio que su firma de contabilidad, Ernst & Young, había renunciado debido a preocupaciones sobre la presentación de informes financieros. Posteriormente, el 18 de noviembre, la compañía anunció la contratación de BDO USA como su nuevo auditor independiente.
En un desarrollo positivo, Supermicro anunció el 2 de diciembre que un comité especial independiente no había encontrado ninguna irregularidad contable en la empresa. La noticia provocó un repunte de casi el 29% en las acciones, que alcanzaron los 42.