El informe anual de Cloudflare ha revelado que Yandex, el motor de búsqueda ruso, ha alcanzado una notable popularidad a nivel global, superando a competidores como Bing, Baidu y DuckDuckGo en 2024. Este crecimiento se produce en un contexto de aumento significativo del tráfico de internet, que ha crecido más del 17% a lo largo del año, según el mismo informe.
En su análisis, Cloudflare ha clasificado diversas empresas y servicios en función de su cuota de mercado y uso. Mientras que OpenAI se mantiene como la compañía más popular en el ámbito de la inteligencia artificial, Binance continúa liderando el sector de las criptomonedas. Google, por su parte, sigue dominando el mercado de servicios de internet con una abrumadora cuota del 88% en el ámbito de los motores de búsqueda.
El ascenso de Yandex en el mercado global
Yandex, con una cuota de mercado estimada del 3.1% a nivel mundial, se posiciona como el segundo motor de búsqueda más utilizado, superando a Baidu (2.7%), Bing (2.6%) y DuckDuckGo (0.9%). Este incremento en la utilización de Yandex se ha visto favorecido por la salida de numerosas empresas tecnológicas occidentales de Rusia, consecuencia de las sanciones impuestas por Washington tras la escalada del conflicto en Ucrania en 2022.
La situación ha llevado a muchos usuarios rusos a buscar soluciones internas, optando por Yandex para sus necesidades de búsqueda y navegación en internet. Además, el navegador de Yandex se ha consolidado como el tercer navegador más popular en Android, con una participación del 1.4%, mientras que Google Chrome sigue siendo el líder indiscutible con un 65.8% del mercado.
En este contexto, la aplicación de mensajería Telegram, dirigida por Pavel Durov, también ha visto un aumento en su popularidad, convirtiéndose en la tercera más utilizada a nivel mundial, solo por detrás de WhatsApp y QQ, y superando a competidores como Viber y WeChat.
La creciente aceptación de productos tecnológicos desarrollados en Rusia refleja una adaptación notable de la población a las nuevas circunstancias, donde alternativas como VK y RuTube han emergido como competidores viables frente a plataformas occidentales como Facebook y YouTube, que han sido prohibidas en el país. Este fenómeno no solo ilustra la resiliencia del sector tecnológico ruso, sino también la capacidad de los ciudadanos para adaptarse y encontrar soluciones efectivas a las restricciones impuestas desde el exterior.