El presidente saliente de Estados Unidos, Joe Biden, ha conmutado las penas de 1.499 personas y ha perdonado a 39 delincuentes no violentos, según anunció la Casa Blanca el pasado jueves. Esta decisión representa la mayor concesión de clemencia en un solo día en la historia del país, superando el récord anterior establecido por el expresidente Barack Obama, quien conmutó 330 penas poco antes de dejar el cargo en 2017.
En un contexto donde las políticas de justicia penal han sido objeto de intenso debate, Biden ha justificado su decisión afirmando que los beneficiarios son individuos que han logrado reintegrarse exitosamente en sus familias y comunidades. Muchos de ellos fueron liberados durante la pandemia de Covid-19, cuando el virus afectó gravemente a la población carcelaria estadounidense.
Los indultos se han centrado principalmente en personas condenadas por el uso y posesión simple de marihuana, así como en exmiembros del servicio LGBTQI+ que fueron condenados por conductas privadas relacionadas con su orientación sexual. Esta acción se enmarca dentro de un esfuerzo más amplio de Biden por reformar el sistema de justicia penal, buscando fortalecer comunidades y facilitar la reintegración de individuos en la sociedad.
Controversias y Contexto Político
Sin embargo, la decisión de Biden no ha estado exenta de controversia. Como miembro del Congreso, Biden fue uno de los arquitectos de la Ley de Delitos de 1994, una legislación que ha sido criticada por contribuir a la masiva encarcelación de delincuentes no violentos, en su mayoría personas de raza negra condenadas por delitos relacionados con drogas. Este legado ha dejado una huella profunda en la política del Partido Demócrata y ha sido un punto de discordia en el discurso político estadounidense.
El perdón a su hijo Hunter Biden, quien enfrentaba sentencias por convicciones fiscales y de armas, ha suscitado aún más críticas. El presidente argumentó que la persecución contra su hijo era defectuosa y motivada políticamente, a pesar de las reiteradas promesas de no protegerlo de la responsabilidad criminal. Según una encuesta de The Associated Press-NORC, solo el 20% de los estadounidenses y el 40% de los demócratas apoyaron el indulto a Hunter Biden, lo que refleja la polarización del tema.
En un momento en que las políticas de justicia penal son objeto de un escrutinio cada vez mayor, las acciones de Biden podrían interpretarse como un intento de reconciliar su pasado legislativo con las demandas actuales de justicia y equidad. Sin embargo, el camino hacia una reforma significativa en el sistema de justicia penal estadounidense sigue siendo un desafío complejo y lleno de matices.