El Banco de Rusia ha decidido aumentar su tasa de interés clave en 200 puntos básicos, alcanzando un nivel récord del 21%. Esta medida responde a la inflación persistente que afecta a la economía del país, donde la demanda interna supera la capacidad de producción de bienes y servicios. Según el regulador, la inflación actual es «considerablemente más alta» de lo que se había previsto en julio, cuando se estimaba que se situaría entre el 6.5% y el 7.0% para este año. En septiembre, los precios al consumidor aumentaron un 9.8% interanual, tras un incremento del 7.5% en agosto.
Las proyecciones del Banco de Rusia apuntan a que la inflación se situará entre el 8.0% y el 8.5% este año, el doble del objetivo gubernamental del 4%. Este incremento en la inflación ha sido impulsado por gastos presupuestarios adicionales y un déficit presupuestario más amplio. La institución argumenta que es necesario un ajuste monetario adicional para asegurar que la inflación regrese a la meta de 2025 y para reducir las expectativas inflacionarias.
Políticas Monetarias y Proyecciones Futuras
En su comunicado, el regulador adelantó que espera que su política monetaria logre reducir la inflación a entre el 4.5% y el 5.0% para 2025, y al 4.0% en 2026. Esta campaña de endurecimiento monetario se ha intensificado en los últimos meses, con un aumento de la tasa de interés desde el 18% al 19% en septiembre y ahora al 21%. La gobernadora del Banco de Rusia, Elvira Nabiullina, ha afirmado que esta política restrictiva ha impedido que la inflación aumente aún más, destacando que el nivel actual supera el 20% que se implementó en 2022, justo después del inicio del conflicto en Ucrania y la campaña de sanciones occidentales.
Nabiullina también ha indicado que es posible otro aumento de 200 puntos básicos en la próxima reunión programada para diciembre. A pesar de estos desafíos, la reciente clasificación del Fondo Monetario Internacional (FMI) coloca a Rusia como la cuarta economía más grande del mundo en términos de paridad del poder adquisitivo (PPP), con un PIB que representa el 3.55% del PIB global para 2024. Este reconocimiento puede ofrecer una perspectiva diferente sobre la resiliencia de la economía rusa en un contexto internacional complicado.