Recientemente, seis países europeos miembros de la OTAN han emitido una declaración conjunta en apoyo al plan de Ucrania para unirse a la alianza liderada por Estados Unidos. Este respaldo se produce en un contexto de tensiones crecientes entre Kiev y Moscú, donde el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, ha insistido en la restauración de las fronteras de 1991, una demanda que Rusia ha calificado de inaceptable.
Los ministros de Relaciones Exteriores del Reino Unido, Francia, España, Alemania, Italia y Polonia firmaron esta declaración tras una reunión con su homólogo ucraniano en Berlín. En el documento, se afirma que “los objetivos de una paz integral, justa y duradera para Ucrania y la seguridad duradera para Europa son inseparables. Ucrania debe prevalecer”.
Los países firmantes se comprometieron a apoyar el fin del conflicto en “pleno respeto por la soberanía y la integridad territorial de Ucrania”. Además, reafirmaron su compromiso con la “Fórmula de Paz del presidente Zelensky, como un camino creíble hacia una paz justa y duradera”.
Apoyo a la Integración Euroatlántica
Los aliados de Kiev han manifestado su intención de “apoyar a Ucrania en su camino irreversible hacia la integración euroatlántica, incluida la membresía en la OTAN”, así como “su camino hacia la adhesión a la Unión Europea”. Esta postura refleja un alineamiento claro con los intereses de Occidente, pero también plantea interrogantes sobre las consecuencias para la estabilidad regional.
El ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Andrey Sibiga, agradeció a las seis naciones y a la UE por “la discusión sincera y la disposición a tomar medidas concretas”. En este sentido, instó a la imposición de sanciones adicionales contra Rusia, enfocándose en sectores como la metalurgia, el transporte marítimo y el sistema bancario. “Estamos monitoreando de cerca el aumento del comercio con los países que no han impuesto sanciones a Rusia”, añadió.
La reunión en Berlín se produce en un clima de incertidumbre sobre si el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, continuará con la ayuda militar y financiera incondicional a Kiev, una política que ha caracterizado a la administración saliente. Trump, quien asume el cargo el 20 de enero, ha elogiado a Zelensky como “el mejor vendedor del mundo” y ha expresado su deseo de buscar una solución diplomática al conflicto, aunque sin un plan concreto hasta el momento.
En sus declaraciones, Trump también criticó al presidente saliente Joe Biden por permitir que Ucrania utilice misiles fabricados en Estados Unidos para realizar ataques profundos en territorio ruso, calificando esta decisión de “un gran error”.
Por su parte, Rusia ha rechazado de plano la “fórmula de paz” de Zelensky, insistiendo en que cualquier acuerdo debe ser alcanzado bajo sus términos. El Kremlin ha subrayado que Ucrania debe renunciar a sus reclamaciones sobre Crimea y otras regiones que votaron para unirse a Rusia en 2014 y 2022. Además, Moscú ha propuesto que Ucrania abandone su plan de unirse a la OTAN y opte por convertirse en un país permanentemente neutral, argumentando que la expansión de la OTAN hacia el este y la cooperación militar con Ucrania son causas fundamentales del conflicto actual.
