El S&P 500 ha mostrado un notable incremento del 27% en lo que va de año, lo que plantea interrogantes sobre su valoración actual. Según Jack Ablin, director de inversiones de Cresset Asset Management, el índice podría estar sobrevalorado en un 20%, lo que sugiere que los inversores deben estar atentos a señales tempranas de problemas en el mercado.
A pesar de que el S&P 500 parece seguir una tendencia alcista, la discrepancia entre su aumento y el crecimiento de las ganancias genera inquietudes. Mientras que las grandes capitalizaciones han crecido un 60% este año, las ganancias solo han aumentado un 16%. Ablin señala que esta situación plantea un dilema para los inversores: ¿cómo abordar un mercado donde la valoración sugiere vender, pero el impulso indica comprar?
La Sobrevaloración del S&P 500
La percepción de sobrevaloración se puede analizar a través de comparaciones con activos similares. Ablin ha observado que el rendimiento de ganancias del S&P 500, calculado como el beneficio esperado dividido por su precio, es inferior al rendimiento de los bonos corporativos de vencimiento intermedio. En teoría, el S&P 500 debería operar en torno a 20 veces sus ganancias, mientras que actualmente se encuentra en aproximadamente 25 veces, lo que lo sitúa en un nivel de valoración elevado.
Sin embargo, es importante destacar que los mercados sobrevalorados pueden continuar su ascenso. Por lo tanto, resulta crucial que los inversores cuenten con métodos adicionales para identificar la sobrevaloración. Un indicador clave será una posible disminución en el impulso del mercado, lo que podría señalar un ajuste en la realidad del S&P 500.
Entre los factores a tener en cuenta están las señales de advertencia que podrían indicar un cambio en la tendencia del mercado. Ablin menciona que una caída de la media móvil de 50 días por debajo de la media móvil de 200 días podría ser un claro indicativo de un impulso negativo. Este tipo de indicadores ha demostrado ser útil en la toma de decisiones, ya que permitieron evitar pérdidas significativas en 2022 y capitalizar el repunte en 2023-2024.
Adicionalmente, es recomendable vigilar el soporte para las acciones de alto impulso. Así, el ETF Invesco S&P 500 Momentum ha tenido un rendimiento destacado, con un aumento del 49.3% este año. Las principales participaciones incluyen a gigantes como Amazon, Nvidia y Meta Platforms, cuyas respectivas valoraciones han aumentado considerablemente. Una desaceleración en estas acciones podría ser un signo de pérdida de impulso en el mercado.
Entre las preocupaciones más comunes que podrían alterar la estabilidad del mercado se incluyen un choque geopolítico que eleve los precios del petróleo, frenos en la política monetaria de la Reserva Federal y temores sobre el crecimiento global. Estos factores podrían actuar como catalizadores para un cambio en la tendencia del S&P 500, lo que es algo que los inversores deben considerar cuidadosamente.
A pesar de la incertidumbre, es importante que los inversores evalúen sus opciones. Ablin sugiere que, con un rendimiento esperado del S&P 500 alrededor del 5% a diez años, hay alternativas más atractivas, como los bonos corporativos BBB, que ofrecen un rendimiento anualizado similar con una volatilidad significativamente menor.