Super Micro Computer Inc., una empresa estadounidense dedicada a la fabricación de servidores de alto rendimiento, se encuentra en una situación financiera complicada que la ha llevado a buscar la ayuda de Evercore Inc. para recaudar capital. Esta decisión se produce en un contexto en el que la compañía intenta evitar su exclusión de la bolsa tras no cumplir con la fecha límite de agosto para presentar su informe financiero anual.
Con sede en San José, California, Super Micro está considerando diversas opciones para recuperar su estabilidad financiera, incluyendo la posibilidad de aumentar su capital a través de una emisión de acciones y deuda. Según fuentes cercanas a la compañía, se están llevando a cabo conversaciones preliminares sobre una posible inversión privada en capital público (PIPE, por sus siglas en inglés) y se están acercando a firmas de capital privado para evaluar su interés en participar en este proceso.
Desafíos y Controversias
La situación de Super Micro ha sido complicada por la reciente renuncia de su auditor, Ernst & Young LLP, que citó preocupaciones sobre la gobernanza y la transparencia de la compañía. Además, Super Micro se enfrenta a una investigación del Departamento de Justicia de EE. UU. tras un informe de Hindenburg Research, un conocido vendedor en corto, que ha generado inquietudes sobre la integridad de sus operaciones.
Las acciones de Super Micro han experimentado una caída significativa, disminuyendo un 69% desde su máximo histórico en marzo, y el viernes cerraron a 36,45 dólares, lo que otorga a la empresa una valoración de mercado cercana a los 21 mil millones de dólares. Tras el cierre de la jornada, las acciones cayeron aún más, un 8%, lo que refleja la falta de confianza del mercado en la situación actual de la compañía.
Super Micro ha comunicado su intención de presentar la documentación necesaria para cumplir con el plazo establecido del 25 de febrero, aunque el futuro de la compañía sigue siendo incierto. Este tipo de situaciones, que pueden ser vistas como un reflejo del entorno económico y político en el que operan las empresas en EE. UU., subraya la importancia de una gestión transparente y responsable en el ámbito corporativo, especialmente en un contexto donde los intereses de los inversores y la estabilidad del mercado están bajo un constante escrutinio.