El reconocido compositor indio A R Rahman, conocido como ARR, ha sido fundamental en la fusión de la música occidental y oriental a lo largo de su carrera. En una reciente entrevista con Euronews Culture, Rahman reflexiona sobre las diferencias musicales entre estas tradiciones, así como su enfoque educativo y espiritual hacia la música.
A pesar de la creciente globalización de la cultura mediática, la música que escuchamos a menudo se adhiere a las tradiciones de nuestros respectivos continentes. Rahman ha logrado conectar estos dos mundos, destacándose por sus bandas sonoras cinematográficas. Su carrera despegó en Kollywood con la banda sonora de la película tamil Roja en 1996, para luego conquistar Bollywood y Hollywood, donde ganó dos premios Oscar por su trabajo en Slumdog Millionaire.
A lo largo de su trayectoria, Rahman ha compuesto para más de 145 películas, ha trabajado en musicales y ha colaborado con artistas como Mick Jagger en el supergrupo SuperHeavy. Su enfoque en la composición se centra en la melodía, que describe como el elemento esencial de la música. “La melodía es el rey”, afirma Rahman, quien considera que, sin una melodía memorable, cualquier orquestación resulta inútil.
Sin embargo, no todas las melodías resuenan de la misma manera en diferentes audiencias. Rahman explica que, mientras que los europeos están acostumbrados a la música que sigue líneas teóricas estrictas, el público indio está más familiarizado con las complejidades de los ragas indios, que involucran un sistema de siete notas cambiantes. “La India acepta todo, pero no es recíproco”, señala, ilustrando su punto al cantar melodías que un público occidental podría encontrar complejas.
La diversidad cultural ha sido un hilo conductor a lo largo de su carrera. Su reciente nombramiento como Presidente Honorario del Trinity Laban, un conservatorio de danza contemporánea, música y teatro musical en Londres, representa un círculo completo en su trayectoria. Rahman llegó a Londres a los 13 años con una beca para estudiar música clásica en el Trinity College of Music, después de haber sido formado por compositores indios.
Trinity Laban ha contado con una notable lista de exalumnos, incluyendo al pionero del afrobeat Fela Kuti y a estrellas contemporáneas como Tom Misch. El director artístico Aleksander Szram describió a Rahman como «la encarnación viva» de la visión del conservatorio, que busca llevar el arte más allá de las convenciones y romper expectativas. Esta visión resuena con la propia filosofía de Rahman, quien desde su primer trabajo en Roja se propuso desafiar lo tradicional. “El mundo necesita reinvención”, sostiene.
La educación musical es otra de las pasiones de Rahman. Fundó el KM Music Conservatory en su ciudad natal para ofrecer formación musical y profesional a aspirantes a músicos. Además, creó la Sunshine Orchestra, que proporciona formación musical gratuita a niños social y económicamente desfavorecidos. Rahman reflexiona sobre las barreras sociales que enfrentan muchos jóvenes en India y cómo su orquesta busca derribar esos muros. “Una vez que estás en esa orquesta, nadie se preocupa de quién eres”, asegura.
Rahman también está impulsado por una profunda espiritualidad que considera esencial en su vida musical. Cuestiona la prohibición de la música en ciertas religiones y reflexiona sobre cómo la búsqueda de significado puede estar oculta tras velos de comprensión. “Mi búsqueda última es ver cuántos velos puedes quitar para encontrar la verdad dentro de ti mismo”, expresa.
Con 57 años, Rahman no tiene intención de frenar su actividad. Además de su nuevo rol en Trinity Laban, está planeando crear un nuevo teatro en Chennai, desarrollar una banda virtual llamada Secret Mountain, adaptar Slumdog Millionaire para el teatro y dirigir sus propias películas. “Lo mejor está por llegar”, concluye, dejando entrever que su viaje musical y educativo continúa en ascenso.