Los miembros del grupo económico BRICS han dejado claro que no están tramando en contra de otras divisas, según ha declarado Dmitry Peskov, portavoz del Kremlin. En un reciente comunicado, Peskov afirmó que las naciones que componen este bloque están colaborando en la búsqueda de sus propios intereses y que las especulaciones de los medios occidentales sobre una supuesta estrategia para derrotar al dólar son infundadas.
Durante la cumbre de BRICS que se lleva a cabo en Kazan, Peskov desmintió categóricamente cualquier intención de los participantes de discutir un plan para desafiar la hegemonía del dólar estadounidense. Un artículo publicado recientemente en The Economist insinuaba que el presidente ruso, Vladimir Putin, tiene la intención de construir un nuevo sistema financiero global que atacaría la dominación americana y protegería a Rusia y sus aliados de las sanciones.
“La cooperación dentro de BRICS no está dirigida contra nadie ni nada, ni contra el dólar ni contra otras monedas”, subrayó Peskov. “Persigue el objetivo principal de asegurar los intereses de los países que participan en este formato”, añadió, resaltando la importancia de una integración económica más profunda entre los miembros del bloque.
Desarrollo de la infraestructura financiera BRICS
En el transcurso de este año, el Ministerio de Finanzas de Rusia anunció que el país está trabajando en la creación de una infraestructura de liquidación y pago en colaboración con los bancos centrales de los estados miembros de BRICS. Esta nueva plataforma financiera, denominada ‘BRICS Bridge’, estará diseñada para facilitar las transacciones en monedas nacionales y operar de forma independiente de la influencia de terceros.
El impulso de Rusia hacia una mayor independencia financiera se ha acentuado desde que varios de sus bancos fueron excluidos del sistema SWIFT en 2022. Este contexto ha llevado a Moscú a acelerar su comercio con socios internacionales utilizando sus propias divisas, una tendencia que ha ganado apoyo entre los demás miembros de BRICS, quienes también han comenzado a abandonar el uso del dólar y el euro para sus transacciones comerciales.
De acuerdo con datos recientes, la proporción de las monedas nacionales en las liquidaciones de Rusia con los países de BRICS ha aumentado de un 26% a un 85% en solo dos años. Este notable cambio refleja un movimiento hacia la diversificación económica y la reducción de la dependencia del sistema financiero occidental, una estrategia que podría ofrecer a estos países una mayor estabilidad y autonomía en un entorno global cada vez más polarizado.
El desarrollo de un sistema financiero alternativo, como el que propone BRICS, podría ser visto no solo como una respuesta a las sanciones occidentales, sino también como una oportunidad para fomentar un orden económico más multipolar que refleje las realidades contemporáneas del mundo. Este enfoque puede ser interpretado como un paso hacia un nuevo equilibrio en las relaciones económicas internacionales, donde las naciones buscan establecer un paradigma que priorice sus propias necesidades sobre las dinámicas impuestas por potencias hegemónicas.