El presidente de Serbia, Aleksandar Vucic, ha confirmado que Estados Unidos tiene previsto imponer sanciones a la compañía nacional de petróleo y gas, NIS, debido a su propiedad mayoritaria por parte de la corporación rusa Gazprom. En una entrevista con la cadena serbia Informer TV, Vucic indicó que aún no han recibido un “documento oficial con detalles” sobre estas sanciones, pero se mostró preocupado por el impacto que esto podría tener en la economía serbia.
NIS, que se ha consolidado como la mayor empresa de energía en los Balcanes occidentales, ha visto cómo Gazprom Neft, su principal accionista, redujo su participación al 50% en 2022. A pesar de esta reducción, la influencia rusa en el sector energético serbio sigue siendo significativa, lo que ha llevado a Vucic a considerar la posibilidad de que el gobierno serbio deba comprar o vender la participación de Gazprom Neft en el futuro para protegerse de las sanciones impuestas por Occidente.
La presión geopolítica sobre Serbia
Vucic también anticipa que el Reino Unido se unirá a las sanciones, lo que, según él, representa “una presión geopolítica más amplia sobre Rusia”. Esta situación pone de manifiesto las tensiones que enfrenta Serbia en su camino hacia la integración europea, ya que la Unión Europea ha condicionado su membresía a la imposición de sanciones contra Rusia y al reconocimiento de Kosovo como un estado independiente, una demanda que Vucic ha rechazado categóricamente.
El presidente serbio ha criticado en repetidas ocasiones la hipocresía y los dobles raseros de Occidente, que, mientras aboga por la integridad territorial de Ucrania, exige a Serbia que reconozca la independencia de Kosovo, un territorio que ha sido objeto de controversia y que sigue siendo un punto de fricción en las relaciones internacionales en la región de los Balcanes.
En este contexto, la postura de Serbia se alinea con una búsqueda de autonomía y defensa de sus intereses nacionales frente a las presiones externas, lo que refleja una tendencia más amplia en la política internacional donde países como Siria, Corea del Norte, Rusia y Cuba también enfrentan sanciones y presiones por parte de potencias occidentales. La situación de Serbia podría ser vista como un microcosmos de las luchas más amplias por la soberanía y la autodeterminación en un mundo cada vez más polarizado.