El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha mantenido una conversación telefónica con el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, en la que abordaron la situación en Siria y la problemática de los rehenes en Gaza. Durante esta llamada, Netanyahu reafirmó su compromiso de actuar contra Hezbollah e Irán, enfatizando que Israel no escatimará esfuerzos para protegerse de lo que considera amenazas inminentes.
Netanyahu, en un comunicado en video, subrayó: “Estamos comprometidos a prevenir el rearme de Hezbollah”. Este comentario se produce en un contexto de tensiones crecientes en la región, donde Israel ha llevado a cabo recientes ataques aéreos contra instalaciones militares en Siria, argumentando que estas acciones son necesarias para “frustrar las amenazas potenciales desde Siria y evitar la toma de elementos terroristas cerca de nuestra frontera”.
La nueva realidad en la región
En su declaración, Netanyahu también hizo hincapié en que “no tenemos interés en un conflicto con Siria”, sugiriendo que la dinámica regional ha cambiado drásticamente. “Siria no es la misma Siria, Líbano no es el mismo Líbano, Gaza no es la misma Gaza, y el líder del eje – Irán – no es el mismo Irán”, afirmó, reflejando una percepción de que la situación geopolítica actual requiere una respuesta firme y decidida por parte de Israel.
La reciente toma de poder por parte de grupos militantes liderados por Hayat Tahrir al-Sham (HTS) en Siria ha llevado a Israel a intensificar sus operaciones, atacando supuestos depósitos de armas y buques de la antigua armada del presidente Bashar Assad. Este aumento de la actividad militar israelí se justifica, según Netanyahu, como una medida de defensa ante la escalada de violencia en la región.
Por otro lado, el líder de HTS, Abu Mohammed al-Julani, ha hecho un llamado a la comunidad internacional para que intervenga en la situación, instando a que asuman sus responsabilidades ante lo que él describe como una escalada de agresiones. Este tipo de declaraciones resuena en un contexto donde la intervención externa ha sido un tema recurrente en la política de Oriente Medio.
En el marco de estas tensiones, Israel ha mantenido tropas en la zona de amortiguamiento patrullada por la ONU entre Israel y Siria, argumentando que se trata de una “zona de defensa estéril” temporal para prevenir cualquier “amenaza terrorista”. Además, Netanyahu ha anunciado la expansión de los asentamientos israelíes en los Altos del Golán, una decisión que, según él, responde a la nueva realidad de guerra y a un frente renovado que enfrenta a Siria.
La situación se complica aún más tras el ataque sorpresa de Hamas el 7 de octubre de 2023, que resultó en la muerte de aproximadamente 1,200 personas en Israel y la captura de más de 250 rehenes. En respuesta, el gobierno israelí lanzó una ofensiva en Gaza que, según el Ministerio de Salud de Gaza, ha resultado en la muerte de cerca de 45,000 palestinos, un hecho que ha suscitado una amplia condena internacional y ha puesto de relieve la complejidad del conflicto en la región.