La Gran Mezquita de Astana, inaugurada en 2022, se erige como la mayor mezquita de Asia Central y una de las más grandes fuera del Medio Oriente. Esta imponente estructura no solo representa un lugar de culto para la población musulmana sunita de la capital kazaja, sino que también atrae a numerosos turistas interesados en su impresionante arquitectura y su rica simbolización religiosa.
La construcción de la mezquita fue impulsada por Nursultan Nazarbayev, el primer presidente de Kazajistán, y se sitúa en las afueras de la ciudad, aunque su silueta se puede apreciar desde diversos puntos de Astana. La Gran Mezquita supera los 57,000 metros cuadrados y cuenta con cuatro minaretes que alcanzan los 130 metros de altura, además de un gran domo central y 72 cúpulas más pequeñas. El domo central, que reclama ser el más grande de su tipo en el mundo, mide aproximadamente 83.2 metros de altura y 62 metros de diámetro, lo que lo convierte en una estructura comparable en tamaño a la cúpula de la catedral de San Pablo en Londres, pero con un diámetro más de 20 metros mayor que el de la Basílica de San Pedro en el Vaticano.
El acceso a la mezquita se realiza a través de unas de las puertas de madera más altas del mundo. Fabricada con iroko africano, esta puerta pesa 1.5 toneladas y tiene una altura de 12.4 metros. Al entrar, los visitantes deben descalzarse, una práctica común en los lugares de culto islámicos, y se encuentran con pasillos decorados que conducen a la Gran Sala, donde se encuentra la alfombra hecha a mano más grande del mundo. Aunque las mujeres pueden acceder a esta sala, existen restricciones durante los momentos de oración.
La pared de qibla, que indica la dirección hacia La Meca, está ricamente adornada con los 99 nombres de Alá, iluminados en oro y decorados con un gran número de cristales. Esta pared es visible desde el balcón de la sala de oración para mujeres, lo que permite apreciar más de cerca el intrincado diseño de la alfombra. En el interior de la Gran Mezquita, casi todas las paredes están cubiertas de tallas, mosaicos o detalles en oro, y los patrones que decoran la alfombra se repiten en toda la mezquita, cada uno con un significado específico. Por ejemplo, el cuerno de carnero simboliza prosperidad, bondad y fuerza, mientras que un ave representa la libertad.
La atención al detalle y la grandiosidad de la Gran Mezquita de Astana destacan en su conjunto. La combinación de los colores blanco, turquesa y dorado, características de muchas mezquitas de esta región, crea un ambiente distintivo. A pesar de su modernidad y ornamentación, la mezquita logra mantener una estética que no desentona con otros sitios religiosos islámicos históricos, como el Registán en Samarcanda, Uzbekistán, construido entre los siglos XV y XVII.