El FC Barcelona atraviesa un momento complicado en la Liga, con un rendimiento que dista mucho de las expectativas. A pesar de haber comenzado la temporada con un buen pie, los números son contundentes: solo ha sumado cinco puntos de los últimos 18 posibles. El juego del equipo, descrito por muchos como gris y sin ideas, refleja una falta de respuesta ante la caída en su rendimiento.
La situación se torna aún más preocupante al observar que el Barcelona, a pesar de su rendimiento en Europa, donde logró un triunfo importante sobre el Borussia Dortmund, se desdibujó ante rivales como el Leganés, un equipo que se presentó como una oportunidad para recuperar la confianza. Esta falta de consistencia ha dejado al equipo en una posición delicada, sin recursos para afrontar los desafíos que se presentan en la competición nacional.
La falta de concentración y el impacto de las lesiones
Marcus Sorg, asistente del entrenador Julian Nagelsmann, expresó la dificultad que atraviesa el equipo: «No hemos tenido la concentración necesaria en los primeros minutos. Hemos concedido un gol y luego creamos muchas ocasiones, 20 si no me equivoco, con cinco o seis muy claras». Esta falta de eficacia es un reflejo de la actual crisis de confianza que vive el equipo, que no logra aprovechar los tropiezos de sus rivales, especialmente del Real Madrid, lo que ha permitido que el Atlético de Simeone recupere protagonismo en la lucha por el título.
La próxima visita del Atlético al Estadio Olímpico de Montjuïc representa un reto crucial para el Barça, que ha visto cómo su estadio se convierte en un escenario asequible para cualquier equipo. La ausencia de la Grada de Animación, en desacuerdo con la junta directiva de Joan Laporta, ha hecho que el ambiente en casa no sea el más favorable. Flick comentó la importancia del apoyo de los aficionados en partidos como el de Leganés, que se selló con una derrota que dejó a los jugadores y a la afición decepcionados.
A lo largo de la temporada, las derrotas han llegado sin coartada. En Pamplona, el equipo se justificó por las rotaciones masivas; en San Sebastián, el rendimiento fue tan pobre que ni siquiera se registraron tiros a puerta, augurando tiempos difíciles. La caída ante Las Palmas en casa reveló la incapacidad del equipo para reaccionar ante los estímulos negativos, mientras que la reciente derrota ante el Leganés evidenció una alarmante falta de respuesta, con un gol concedido en el minuto 4 y una hora de juego en la que el Barça no logró encontrar el camino hacia el gol.
La frustración se agudiza al ver que el equipo no ha sabido adaptarse a las circunstancias adversas. Flick, en su labor de entrenador, ha tratado de variar la alineación y la estrategia, pero el equipo sigue mostrando signos de impotencia. Las decisiones sobre la rotación de jugadores, como la de dejar en el banquillo a Robert Lewandowski y Dani Olmo, no han dado los resultados esperados. La falta de claridad en el juego, un rasgo característico del Barça de temporadas pasadas, se ha diluido, dejando a los aficionados con una sensación de inquietud.
Con solo un gol marcado en sus últimos dos partidos, la situación es insostenible para un equipo que comenzó la temporada con tanto ímpetu. La imagen del Barça se ha oscurecido, y aunque todavía ocupa la cima de la clasificación, la tendencia hacia abajo es evidente. Lo que parecía ser el inicio de una nueva era se ha transformado en una lucha por recuperar la identidad y la competitividad que históricamente han definido al club.
