El Manchester City, dirigido por Pep Guardiola, atraviesa una crisis sin precedentes en su trayectoria reciente. Un equipo que se ha acostumbrado a ganar, que ha dominado la Premier League durante cuatro temporadas consecutivas, se encuentra ahora en una situación preocupante, con solo una victoria en los últimos once partidos. Este desplome en su rendimiento ha dejado a los aficionados y analistas perplejos, cuestionando las causas de este repentino colapso.
Las lesiones han sido un factor determinante en esta debacle. Jugadores clave como Kevin De Bruyne y Rodri han estado ausentes debido a problemas físicos. La ausencia de Rodri, en particular, ha desestabilizado el centro del campo del equipo, dificultando la transición y el control del juego que Guardiola tanto demanda. La falta de una estructura sólida en el equipo se ha vuelto evidente, y su incapacidad para adaptarse a estas ausencias ha sido alarmante.
Un mercado de fichajes que decepciona
La falta de refuerzos significativos durante el último mercado de fichajes ha agravado la situación. Aunque llegaron Savinho y se recuperó Gündogan, la plantilla no se ha renovado de manera adecuada. La dependencia del Manchester City en un número limitado de jugadores se ha puesto de manifiesto, especialmente en la línea ofensiva. Erling Haaland ha destacado como el máximo goleador del equipo, pero su rendimiento se ve comprometido por la falta de apoyo en ataque. La marcha de Julián Álvarez ha dejado un vacío que no se ha sabido llenar, convirtiendo al delantero noruego en el único referente ofensivo del equipo.
Además, Guardiola ha tenido que recurrir al filial para completar su alineación, lo que refleja la falta de profundidad en una plantilla que se esperaba estuviera bien equipada para afrontar una temporada intensa. Este escenario es particularmente preocupante dado que el City ha mostrado un nivel de juego por debajo de lo esperado, lo que ha llevado a la sensación de que los títulos a los que aspiran están cada vez más lejos.
El estilo de juego de Guardiola, conocido por su intensidad y precisión, requiere que todos los jugadores estén en un nivel óptimo. Sin embargo, tras varios años de éxitos, parece que algunos jugadores han reducido su marcha, lo que es comprensible pero preocupante para un equipo que busca continuar en la senda del triunfo. La combinación de lesiones, falta de fichajes y un rendimiento decreciente plantea un reto significativo para Guardiola en los próximos meses.