Este lunes, la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) celebrará una asamblea crucial para elegir a su próximo presidente, un cargo que se disputan Rafael Louzán, presidente de la federación gallega, y Salvador Gomar, presidente de la federación valenciana. La votación, que comenzará a las 12.00 horas, contará con la participación de 141 asambleístas, quienes decidirán el futuro de la entidad tras la crisis provocada por el beso no consentido de Luis Rubiales a Jenni Hermoso en agosto de 2023.
Contexto electoral y candidatos
Aunque existe un tercer candidato, Sergio Merchán, presidente de la federación extremeña, su presencia en estas elecciones es considerada casi simbólica. Merchán, cuyo nombre fue utilizado como alternativa por Louzán y su círculo, enfrenta una inhabilitación por prevaricación que está a la espera de revisión por el Tribunal Supremo en febrero. Su falta de proyecto y escasa interacción con los medios refuerzan la percepción de que su candidatura no tiene posibilidades reales.
A medida que se aproxima la votación, se observa una polarización en el apoyo hacia Louzán y Gomar. Louzán ha presentado un total de 51 avales, mientras que Gomar ha conseguido 26 y Merchán solo 23. Este respaldo sugiere que Louzán cuenta con el apoyo de al menos 74 asambleístas, lo que le otorga una clara ventaja en el proceso electoral.
El Gobierno español está a la expectativa del resultado de esta elección. Aunque había contemplado la posibilidad de impugnar la candidatura de Louzán ante el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD), no se ha presentado ninguna denuncia que permita avanzar en este sentido. Se rumorea que el Gobierno podría actuar para forzar la dimisión de Louzán si resulta elegido, especialmente si la inhabilitación se confirma en febrero, lo que obligaría a la RFEF a convocar nuevas elecciones.
La situación se complica aún más por el hecho de que los estatutos federativos impiden que una persona inhabilitada para ejercer cargos públicos asuma cualquier puesto en la RFEF. Así, Louzán se encuentra en una posición delicada, donde su elección podría desencadenar una nueva crisis en la federación.
Perspectivas y proyectos de los candidatos
A pesar de las controversias, Louzán parece no estar preocupado por su situación legal ni por la posible intervención del Gobierno. Su campaña se ha centrado en asegurar más de 100 votos garantizados y ha recibido el respaldo de una mayoría de clubes profesionales y árbitros, aunque el apoyo de las federaciones autonómicas se presenta como un terreno de negociación delicado.
En términos de propuestas, tanto Louzán como Gomar comparten una visión similar respecto a la dirección futura de la RFEF. Ambos han expresado su confianza en los seleccionadores Luis de la Fuente y Montse Tomé, y coinciden en que el Mundial 2030 es la gran meta a corto plazo. Sin embargo, la disputa en la federación parece centrarse más en cuestiones de poder y financiación que en proyectos concretos que beneficien al fútbol español.
La historia reciente de la RFEF está marcada por luchas internas y decisiones polémicas. Dado el contexto actual, el futuro de la organización dependerá no solo de la elección de este lunes, sino también de la capacidad de su nuevo presidente para navegar en un entorno lleno de desafíos legales y políticos.