Rafael Louzán ha sido elegido nuevo presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), aunque su mandato podría ser efímero, ya que el 5 de febrero se celebrará una segunda vuelta de elecciones en caso de que el Tribunal Supremo desestime el recurso del expresidente de la Diputación de Pontevedra. Louzán, político del Partido Popular gallego, llega a este cargo con un trasfondo polémico, ya que fue condenado por un delito de prevaricación relacionado con el pago de un campo de hierba artificial subvencionado.
Un ambiente tenso en la Ciudad del Fútbol
La asamblea que se llevó a cabo en la sede de la RFEF en Las Rozas estuvo marcada por una atmósfera de expectación. A las 12:30, tras la segunda convocatoria, comenzó el acto oficial. Sergio Merchán, quien había presentado una candidatura alternativa, decidió retirarse para no interferir en la votación, lo que dejó el camino despejado para Louzán. Los resultados reflejaron los pronósticos: Louzán recibió 90 votos, contra 43 de su rival, Gomar, con 4 votos en blanco y uno nulo. La Asociación Española de Futbolistas (AFE) desempeñó un papel crucial, aportando aproximadamente una veintena de votos que inclinaron la balanza a favor del nuevo presidente.
Al hacerse público el resultado, Louzán no dudó en repartir abrazos entre sus allegados y otros miembros importantes de la federación, incluyendo a Javier Tebas, presidente de LaLiga, cuya influencia en el fútbol español es notable. Louzán agradeció a su familia y a los juristas de la federación, aunque no mencionó a Gomar, su oponente en la contienda electoral. Este silencio habla de la polarización y las tensiones existentes dentro de la RFEF.
Con la elección oficializada, las reacciones no se hicieron esperar. Javier Tebas apoyó abiertamente a Louzán, afirmando que había ganado «el mejor candidato», lo que añade un matiz de complicidad entre ambos. Por su parte, David Aganzo, presidente de AFE, mostró su interés por participar en la nueva junta directiva de la federación, pidiendo la presunción de inocencia para Louzán, a pesar de su condena ya confirmada.
Entre las figuras que celebraron la elección se encontraba Miguel Galán, conocido como «Querellator», quien, a pesar de su reputación de crítico de la corrupción federativa, ahora parece más interesado en asegurar su propio negocio dentro del fútbol español.
Mientras Louzán se prepara para asumir su cargo, Gomar ya está planificando su estrategia para la segunda vuelta. De acuerdo con varios asambleístas, el 5 de febrero podría marcar el fin de la presidencia de Louzán, dependiendo del fallo del Supremo. Gomar, que necesita 27 votos adicionales para alcanzar la mayoría necesaria en la próxima votación, está trabajando para recabar apoyo entre los asambleístas, consciente de que Louzán no tiene garantizada su permanencia en el cargo.
