El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha manifestado su intención de dialogar tanto con el presidente ruso, Vladimir Putin, como con el líder ucraniano, Volodymyr Zelensky, con el objetivo de poner fin al conflicto que ha asolado a Ucrania desde hace casi tres años. Durante una conferencia de prensa en su residencia de Mar-a-Lago, Trump se mostró evasivo al ser preguntado sobre si ya había mantenido contacto con el Kremlin desde su victoria electoral, aunque aseguró que planea hacerlo en un futuro cercano.
Trump describió la situación en Ucrania como un “carnicería”, comparando la gravedad del conflicto con los horrores de la Segunda Guerra Mundial. Su compromiso de poner fin a este enfrentamiento en un plazo de 24 horas tras asumir el cargo ha sido un tema recurrente en su campaña, aunque ha reconocido que esta tarea podría resultar más complicada de lo que inicialmente pensaba. En su encuentro reciente con Zelensky en París, Trump reiteró su deseo de abordar la crisis con Putin.
Posibles enfoques para la resolución del conflicto
Los miembros del futuro gabinete de Trump han mantenido silencio ante las especulaciones de que ya habrían establecido contacto con Moscú. Por su parte, el Kremlin ha desmentido informaciones que sugerían que Trump se había comunicado con Putin inmediatamente después de las elecciones. Sin embargo, Putin ha declarado que las intenciones de Trump para finalizar el conflicto “merecen atención” y ha expresado su disposición a dialogar, incluso sugiriendo que podría ser él quien llame al presidente electo.
A pesar de la falta de detalles sobre el tipo de acuerdo que Trump podría proponer, se anticipa que su enfoque podría centrarse en congelar el conflicto en la línea de contacto actual, con Ucrania renunciando a sus aspiraciones de adhesión a la OTAN a cambio de garantías de seguridad por parte de Occidente. Trump ha dejado claro que la implementación de cualquier acuerdo recaerá en los miembros europeos de la OTAN.
Desde Moscú, se sostiene que cualquier solución debe comenzar con un alto el fuego por parte de Ucrania y el reconocimiento de la “realidad territorial”, lo que implica que no recuperará el control sobre las regiones de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporozhye, así como Crimea. Además, el Kremlin reafirma que los objetivos de su operación militar, que incluyen la neutralidad de Ucrania, su desmilitarización y la denazificación, deben ser alcanzados.