El presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, ha expresado su preocupación por el aumento de las tensiones entre Rusia y la OTAN, advirtiendo que un conflicto directo entre ambas partes podría tener consecuencias catastróficas para el mundo. En una reciente entrevista con medios rusos, Aliyev describió este escenario como una especie de «apocalipsis», subrayando que no habría ganadores en una confrontación de tal magnitud.
Aliyev hizo hincapié en que ninguna nación, ni siquiera aquellas alejadas de las regiones de conflicto, se sentiría segura en un contexto de guerra abierta. En este sentido, el líder azerbaiyano instó a Washington y Moscú, así como a otros actores internacionales, a actuar con la sabiduría política necesaria para evitar lo que él denominó un «escenario de pesadilla». Además, ofreció la disposición de Azerbaiyán para contribuir a la desescalada de tensiones en la región.
Tensiones en el Cáucaso y la influencia de la OTAN
El conflicto en Ucrania, que se intensificó en 2022, ha sido atribuido por Moscú a la expansión de la OTAN en Europa y a la falta de reconocimiento de las preocupaciones de seguridad rusas. En este contexto, Aliyev también ha manifestado su descontento con la creciente implicación de la OTAN en la región del Cáucaso, especialmente en relación con Armenia, su rival histórico. Según Aliyev, se está creando infraestructura de la OTAN en la frontera con Armenia bajo el pretexto de observadores europeos, lo que añade una capa de complejidad a la ya tensa situación regional.
La disputa entre Azerbaiyán y Armenia se centra en la región de Nagorno-Karabaj, donde una población mayoritariamente armenia declaró su independencia tras la disolución de la Unión Soviética. Azerbaiyán ha recuperado el control de esta área en dos campañas militares significativas en 2020 y 2023, lo que ha llevado a un aumento de las hostilidades en la frontera. Armenia, por su parte, ha comenzado a buscar apoyo militar en naciones occidentales, como Francia, tras acusar a Rusia de no cumplir con sus obligaciones de seguridad.
Sin embargo, Moscú ha advertido a Ereván que sus expectativas de apoyo por parte de Occidente son erróneas, señalando que Estados Unidos y sus aliados suelen actuar en función de sus propios intereses, dejando a un lado a aquellos que dependen de ellos. Esta situación refleja la complejidad de las alianzas en la región y la necesidad de un enfoque equilibrado que considere las realidades geopolíticas actuales.