La Reserva Federal de Estados Unidos ha decidido reducir su tasa de interés clave en 25 puntos básicos, marcando la tercera reducción consecutiva en un contexto que ha suscitado una mezcla de expectativas y precauciones. Este ajuste lleva la tasa de interés de referencia a un rango de 4.25%-4.5%, nivel que se había alcanzado en diciembre de 2022, antes de que la política monetaria comenzara a endurecerse.
A pesar de que la decisión no generó grandes sorpresas en los mercados, el enfoque se centró en las intenciones futuras de la Fed. La inflación persiste por encima del objetivo establecido y el crecimiento económico se mantiene sólido, condiciones que tradicionalmente no coinciden con políticas de relajación monetaria.
El presidente de la Fed, Jerome Powell, destacó que, con la reducción de hoy, la tasa de política se ha disminuido en un punto porcentual desde su pico, lo que permite adoptar una postura más cautelosa en las futuras decisiones. “Hoy fue una decisión más reñida, pero consideramos que era la correcta”, afirmó Powell durante la rueda de prensa posterior a la reunión.
Sin embargo, el comunicado posterior a la reunión dejó en claro que la Fed anticipa solo dos recortes adicionales en 2025, un cambio notable en comparación con las proyecciones anteriores. A largo plazo, el comité prevé una tasa “neutral” de fondos en el 3%, ligeramente superior a las estimaciones de septiembre, reflejando un ligero endurecimiento de las condiciones económicas.
Perspectivas económicas y políticas
A pesar de que la Fed ha elevado su proyección de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) para este año al 2.5%, observa una desaceleración gradual hacia un crecimiento que se alinea con su proyección a largo plazo del 1.8%. El comité también ha reducido su expectativa de desempleo al 4.2%, mientras que las estimaciones de inflación han aumentado ligeramente, ahora proyectándose en 2.4% y 2.8% para la inflación general y subyacente, respectivamente.
Este contexto se complica con las políticas fiscales del presidente electo Donald Trump, que incluyen la implementación de aranceles y recortes fiscales, factores que podrían generar presiones inflacionarias y complicar aún más la labor del banco central. “Es crucial que tomemos nuestro tiempo y no apresuremos nuestras decisiones. Necesitamos evaluar cuidadosamente las políticas y su implementación”, subrayó Powell.
A lo largo de este proceso, la Fed ha intentado normalizar su política monetaria, considerando que no es necesario mantener una postura tan restrictiva bajo las condiciones actuales. A pesar de los recortes de tasas, los mercados parecen mostrar una tendencia opuesta, con incrementos en las tasas hipotecarias y en los rendimientos del Tesoro, lo que sugiere una falta de confianza en la capacidad de la Fed para continuar con una política de recortes significativos.
En resumen, la Fed ha optado por un enfoque que, aunque busca una mayor flexibilidad en su política, también refleja la complejidad del entorno económico actual, donde se entrelazan decisiones de política monetaria y fiscal que podrían tener repercusiones significativas en la economía estadounidense y, por ende, en el contexto global.