Las princesas de Disney, figuras icónicas del imaginario colectivo, han sido objeto de análisis crítico a lo largo de los años. Sin embargo, un reciente estudio de investigadores de la Universidad de Twente en los Países Bajos plantea una perspectiva inusual: examinar la salud de estas protagonistas animadas. Publicado en una edición especial del British Medical Journal, el artículo se adentra en los problemas de salud que podrían enfrentar estas princesas, más allá de sus historias de finales felices.
El trabajo, aunque presentado de manera satírica, está fundamentado en literatura científica y revela que las princesas no solo son víctimas de estereotipos de género y expectativas irreales, sino que también enfrentan peligros físicos y psicológicos. Entre los hallazgos, se destacan las dificultades de cada personaje, desde problemas de salud mental hasta riesgos físicos asociados con sus entornos y circunstancias.
Por ejemplo, Blancanieves, la primera princesa de Disney, presenta un riesgo elevado de enfermedades cardiovasculares y trastornos de ansiedad debido a su aislamiento social en la casa de los siete enanitos, a pesar de tener compañía. Su historia se complica aún más cuando consume una manzana envenenada, que la pone en un estado de «muerte soñolienta».
En el caso de Aurora, conocida como la Bella Durmiente, el hechizo que la sumerge en un sueño eterno no solo plantea cuestiones sobre el consentimiento, sino que también conlleva riesgos significativos de salud, como enfermedades cardiovasculares y úlceras por presión. Este análisis resalta la falta de agencia de Aurora, quien depende de un beso para despertar.
Cenicienta, por su parte, sufre de explotación y condiciones laborales adversas en su hogar. La exposición constante al polvo puede predisponerla a enfermedades pulmonares ocupacionales, mientras que el uso de «brillantina mágica», que los autores del estudio describen como microplásticos, añade un riesgo adicional para su salud respiratoria.
El personaje de Belle en «La Bella y la Bestia» también enfrenta desafíos únicos. Su relación con la Bestia, descrita como un quimera, la expone a enfermedades infecciosas peligrosas. La falta de una red de apoyo social y el peligro físico que representa el entorno en el que vive son preocupantes.
La situación de Jazmín, de «Aladino», es igualmente inquietante. Su escaso contacto social, limitado a sus guardianes y pretendientes, la coloca en riesgo de aislamiento social. Su relación con su tigre, Rajah, plantea además posibilidades de infecciones zoonóticas.
Pocahontas, conocida por su espíritu aventurero, se enfrenta a riesgos físicos considerables, como lesiones por caídas, al realizar un salto desde un acantilado de alturas peligrosas. Este tipo de análisis científico proporciona una mirada fresca y crítica sobre las decisiones narrativas que se han tomado en estas historias.
Por último, Mulan encarna una lucha más profunda: la presión familiar y social que enfrenta la llevan a experimentar violencia basada en el honor, lo que puede resultar en problemas de salud mental graves. Su historia refleja la lucha entre el deber familiar y la identidad personal.
El estudio concluye que, para que estas princesas puedan realmente «vivir felices para siempre», sería beneficioso que Disney considere medidas como la terapia y la educación sobre el cuidado personal y el bienestar emocional. Esta reflexión no solo invita a un análisis más profundo de los personajes de Disney, sino que también plantea preguntas sobre los ideales que se presentan a las audiencias jóvenes.
Las historias de estas princesas, que han sido parte de la cultura popular durante décadas, pueden beneficiarse de un enfoque más realista y saludable, que no solo entretenga, sino que también eduque sobre la importancia del bienestar físico y emocional.