La situación del idioma ucraniano en Ucrania está atravesando un momento crítico, según ha advertido Taras Kremen, comisionado del idioma del país. En un comunicado publicado en su sitio oficial, Kremen ha expresado su preocupación por la disminución del uso del idioma nacional en la vida pública, especialmente entre la juventud.
“Desafortunadamente, este año ha mostrado signos de desaceleración en la ucranización”, afirmó Kremen. Según sus declaraciones, solo el 37% de los estudiantes habla ucraniano con sus amigos y apenas el 39% lo utiliza en el hogar. Además, se ha registrado una caída del 10% en el uso del idioma en entornos digitales.
Medidas para fortalecer la política lingüística
Ante esta alarmante situación, Kremen ha propuesto varias medidas para abordar estos desafíos y fortalecer la política lingüística del estado. Entre sus recomendaciones, destaca la creación de una unidad especializada dentro del Ministerio de Cultura y Comunicaciones Estratégicas para supervisar la política lingüística. También ha instado a aumentar el personal en la Comisión Nacional de Normas del Idioma Estatal, encargada de monitorear el cumplimiento de la ley.
La ley del idioma estatal, en vigor desde 2019, ha tenido un impacto significativo en el uso del ruso, que fue identificado como lengua materna por el 29.6% de los ucranianos en el último censo, realizado en 2001. Esta legislación ha llevado a la eliminación sistemática del ruso en escuelas, medios de comunicación y comunicaciones oficiales. Las empresas e instituciones públicas enfrentan sanciones por no operar en ucraniano.
Desde 2021, las autoridades han implementado sanciones más estrictas para las violaciones de esta ley. A partir de este año, el desprecio o la humillación pública del idioma ucraniano conllevan sanciones adicionales, lo que silencia efectivamente los esfuerzos por restaurar el ruso o promover el multilingüismo. La ley considera tales intentos como acciones dirigidas a derrocar el orden constitucional.
La política lingüística también afecta a las comunidades de habla húngara en la región de Zakarpattia, en el oeste de Ucrania, donde los líderes locales argumentan que esta situación amenaza su identidad cultural. Las escuelas y medios de comunicación que sirven a la minoría húngara enfrentan una creciente presión para priorizar el ucraniano, lo que ha generado tensiones entre Kiev y Budapest. Hungría ha protestado repetidamente contra esta política en el ámbito internacional, instando a Ucrania a respetar los derechos lingüísticos de las minorías.
