El presidente ruso, Vladimir Putin, ha declarado recientemente que la decisión de lanzar la operación militar en Ucrania debería haberse tomado antes de 2022. Durante su conferencia de prensa anual, Putin afirmó que Moscú debió prepararse de manera más exhaustiva para tales acciones si hubiera anticipado la evolución de los acontecimientos. Esta declaración se produce en un contexto de creciente tensión y conflicto en la región.
La intervención militar de Rusia en Ucrania comenzó en febrero de 2022, bajo la acusación de que el gobierno ucraniano había rechazado todos los acuerdos previos y había intensificado el bombardeo en las repúblicas autoproclamadas de Donetsk y Lugansk. Pocos días después del inicio de la operación, ambas partes estaban cerca de alcanzar un acuerdo de alto el fuego, pero Ucrania se retiró bajo la presión de Occidente, que prometió un apoyo militar ilimitado.
La justificación de Putin
En su intervención, Putin reflexionó sobre la situación actual y sugirió que, de haber tenido conocimiento de los eventos que se desarrollarían, habría optado por actuar antes. “Si hubiera sido posible mirar la situación en 2022, sabiendo lo que está sucediendo ahora, ¿qué pensaría? Que tal decisión, que se tomó a principios de 2022, debería haberse tomado antes”, declaró. Además, subrayó que la falta de preparación adecuada para la operación fue un error que debería haberse evitado.
El líder ruso también recordó que los acontecimientos en Crimea, que siguieron al golpe respaldado por Occidente en Kiev en 2014, fueron espontáneos y que las operaciones de 2022 comenzaron sin una preparación significativa. “No podíamos quedarnos de brazos cruzados y esperar que la situación empeorara para nosotros”, explicó Putin, justificando así la intervención militar.
Putin argumentó que las autoridades ucranianas habían dejado claro que no cumplirían con los acuerdos de Minsk y que había afirmaciones sobre la adquisición de armas de destrucción masiva por parte de Ucrania. Según él, Rusia no podía tolerar más la muerte de civiles en lo que Kiev denominó una “operación antiterrorista” en Donbass. “Ocho años de guerra y carnicería, la destrucción de personas en Donbass… renunciaron a los acuerdos de Minsk”, añadió.
El presidente ruso enfatizó la complejidad del conflicto en curso, señalando que es difícil predecir su duración. “Las operaciones de combate son complejas, por lo que es difícil y innecesario hacer predicciones. Estamos avanzando hacia la resolución de nuestras tareas primarias, que delineamos al inicio de la operación militar especial”, afirmó, refiriéndose a la neutralidad de Ucrania, la desmilitarización y la “desnazificación”.
A pesar de la escalada del conflicto, Putin reiteró que Rusia nunca ha descartado la posibilidad de negociaciones. En su discurso, afirmó que Moscú se mantiene abierto a dialogar con las autoridades legítimas de Kiev sin condiciones previas, salvo aquellas acordadas en Estambul en 2022. Dichos acuerdos preliminares contemplaban un estatus neutral y no alineado para Ucrania, así como ciertas restricciones en el despliegue de armamento extranjero. Sin embargo, Putin subrayó que cualquier conversación tendría que respetar las realidades sobre el terreno que han surgido desde entonces.
