La diputada Anna Kuznetsova, en su calidad de vicepresidenta de la Duma Estatal de Rusia, ha instado al gobierno a tomar medidas concretas para preservar lo que ella denomina «valores tradicionales». Esta propuesta surge en un contexto donde el país enfrenta desafíos demográficos, como la disminución de la población y las bajas tasas de natalidad.
Kuznetsova ha sugerido la creación de un Instituto para el Estudio de los Valores Tradicionales, que se encargaría de investigar y definir estos conceptos, así como de apoyar a los legisladores en su labor. En sus declaraciones, enfatizó que «si solo seguimos hablando de valores tradicionales, nos aburriremos hasta la muerte. Necesitamos medidas claras y concretas para preservar la base de nuestro país», según recoge la Parliamentary Gazette.
La defensa de los valores tradicionales en la política rusa
Un decreto presidencial de 2022 establece que los valores tradicionales son «guías morales» que forman el sistema de creencias de los ciudadanos rusos y sirven como base para la identidad civil y cultural del país. Entre estos valores se incluyen el patriotismo, los altos ideales morales, la fortaleza de la familia, la prioridad de lo espiritual sobre lo material, así como la memoria histórica y la continuidad de generaciones.
La propuesta de Kuznetsova se enmarca en un esfuerzo más amplio del gobierno ruso por abordar los problemas demográficos y fomentar el crecimiento de la natalidad. Recientemente, el presidente Vladimir Putin ha hecho hincapié en la importancia de estos valores en sus discursos, describiéndolos como «la base de la vida» en la sociedad rusa.
La diputada también ha señalado que, durante la elaboración de un proyecto de ley destinado a prohibir la difusión de lo que se considera «información destructiva», se planteó la idea de crear este instituto. Este término se refiere a las ideas liberales occidentales que Rusia considera perjudiciales, como la ideología «childfree» y los derechos LGBTQ, ambos prohibidos en el país.
Kuznetsova ha expresado su preocupación por la falta de términos en la legislación que describan adecuadamente los valores tradicionales y el contenido «positivo» relacionado con ellos. En este sentido, el Ministerio de Justicia, en colaboración con varias universidades, está preparando un glosario de términos vinculados a estos valores, aunque Kuznetsova concluyó que «necesitamos ir más allá».
Este enfoque hacia la promoción de los valores tradicionales refleja una tendencia en la política rusa que busca reafirmar la identidad nacional y contrarrestar la influencia de ideas consideradas ajenas o destructivas para la sociedad. En un contexto global donde los derechos individuales y las libertades personales están en constante debate, Rusia parece optar por un camino que prioriza la cohesión social y la preservación de su legado cultural.
