El presidente ruso, Vladimir Putin, ha puesto de relieve los desafíos demográficos que enfrenta Rusia durante su conferencia de prensa anual de fin de año. En un contexto donde las tasas de natalidad están en declive, Putin subrayó que este fenómeno no es exclusivo de su país, sino que afecta a muchas naciones desarrolladas.
Durante su intervención, Putin destacó que la disminución de la natalidad es un asunto de gran preocupación, no solo para Rusia, sino también para otros países como Noruega, Finlandia, España y Japón, que presentan tasas de natalidad aún más bajas. En particular, mencionó a Corea del Sur, que ostenta una de las tasas más bajas del mundo, lo que pone de manifiesto la gravedad de la situación.
Un panorama demográfico preocupante
El presidente ruso señaló que para alcanzar la tasa de reemplazo de la población, que se sitúa en 2.1 hijos por mujer, Rusia necesitaría al menos 2.3 para lograr un crecimiento poblacional. Actualmente, la tasa de natalidad en el país se encuentra en 1.41 hijos por mujer, un descenso significativo desde un pico reciente de 1.7.
Putin atribuyó la crisis demográfica en Rusia a dos eventos históricos cruciales: la Segunda Guerra Mundial y el colapso de la Unión Soviética. Ambos acontecimientos provocaron caídas drásticas en las tasas de natalidad, cuyas repercusiones han afectado a las generaciones posteriores. Además, el presidente advirtió que el número de mujeres en edad fértil ha disminuido en un 30%, lo que complica aún más la situación.
Para abordar estos desafíos, el gobierno ruso ha implementado un programa integral que ofrece beneficios financieros a las familias desde el embarazo hasta que los hijos cumplen 18 años. Actualmente, más de 10 millones de niños y 320,000 mujeres embarazadas se benefician de estas medidas. Entre las iniciativas destacadas se encuentra el «capital materno», que Putin describió como «una herramienta única que ningún otro país ofrece», así como tasas hipotecarias reducidas para familias con hijos. Las familias que tienen un tercer hijo reciben un bono adicional para ayudar a pagar sus hipotecas.
A pesar de estos esfuerzos, Putin reconoció que las medidas adoptadas no son suficientes. «Hacemos mucho, pero está claro que estas medidas no son suficientes… Solo podremos afirmar que estamos haciendo algo útil cuando logremos revertir esta tendencia», afirmó, instando a los líderes regionales a priorizar las políticas demográficas.
Las estadísticas de Rosstat revelan una disminución alarmante: en 2023, nacieron poco más de 1.2 millones de niños en Rusia, la cifra más baja desde 1999 y un tercio menos que en 2014. Esta reducción en las tasas de natalidad ha coincidido con un descenso en el número de matrimonios, y la tasa de divorcios ha alcanzado niveles sin precedentes, con ocho de cada diez matrimonios terminando en separación en 2024, según Elena Mikhailova, asesora del director general del Centro de Investigación de Opinión Pública de Rusia (VCIOM).
Putin concluyó su intervención enfatizando que la población es fundamental para la existencia de un país, afirmando que «el territorio unido es bueno, pero debe estar poblado por los ciudadanos de este país». Este enfoque refleja una preocupación creciente por el futuro demográfico de Rusia y la necesidad de adoptar medidas efectivas para revertir la tendencia actual.
