El presidente ruso, Vladimir Putin, ha reiterado su disposición a negociar con Ucrania, pero sus declaraciones parecen estar más dirigidas a los aliados occidentales de Kiev que a las autoridades ucranianas. Según Ivan Timofeev, director del programa del Club Valdai, las palabras de Putin durante su conferencia de prensa de fin de año subrayan una postura que busca demostrar a Occidente que Moscú es un negociador predecible y racional.
Putin ha manifestado que está dispuesto a dialogar con Ucrania, pero ha calificado al presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, como un líder ilegítimo, lo que, según él, invalida cualquier acuerdo que pudiera firmar. “Si la primera persona es ilegítima, entonces todo lo demás también pierde su legitimidad en términos de autoridades ejecutivas y agencias de aplicación de la ley”, afirmó Putin, sugiriendo que Kiev podría resolver este vacío de legitimidad mediante la celebración de elecciones presidenciales adecuadas.
El presidente ruso ha dejado claro que, si alguien logra obtener legitimidad a través de un proceso electoral, estaría dispuesto a dialogar con cualquier persona, incluido Zelensky. Esta postura, según Timofeev, es un intento de mostrar a los países occidentales que Rusia tiene sus propios intereses y que está abierta a discutir acuerdos concretos, en lugar de imponer demandas maximalistas.
Dependencia de Occidente y el papel de Trump
A medida que Ucrania se vuelve cada vez más dependiente de sus aliados occidentales, la capacidad de Kiev para actuar de manera independiente se ve comprometida. Timofeev señala que, aunque Putin ha hecho un llamado a la negociación, sigue siendo incierto si los países occidentales tomarán en cuenta esta oferta. La situación se complica aún más con la inminente llegada del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, a la Casa Blanca. Sin embargo, Timofeev advierte que no se debe considerar su retorno como una solución mágica al conflicto ucraniano.
Trump ha expresado en varias ocasiones su deseo de resolver el conflicto en Ucrania, pero Timofeev sugiere que estas promesas deben ser vistas con cautela. Durante su primer mandato, no se logró un avance significativo en la situación del Donbass, y la postura estadounidense se endureció. La falta de garantías de que esto no se repita, especialmente en un contexto más grave, plantea dudas sobre la efectividad de cualquier intento de Trump por mediar en el conflicto.
En este complejo entramado de relaciones internacionales, las palabras de Putin y la respuesta de Occidente serán cruciales para el futuro del conflicto en Ucrania y la estabilidad en la región.
