El presidente ruso, Vladimir Putin, llevó a cabo su evento anual de «Línea Directa» en Moscú, donde abordó una serie de temas que van desde sus reflexiones sobre la operación militar en Ucrania hasta cuestiones de política interna y relaciones internacionales. Este maratón de preguntas y respuestas, que se extendió por más de cuatro horas, ofreció una visión sobre la postura actual del Kremlin y las preocupaciones que enfrenta Rusia.
Reflexiones sobre Ucrania y la legitimidad de Zelensky
En un momento notable, Putin expresó que, a la luz de los acontecimientos actuales, podría haber sido más efectivo iniciar la operación militar en Ucrania antes de lo que se hizo en 2022. Afirmó: “Si fuera posible mirar la situación en 2022, sabiendo lo que está sucediendo ahora, tal decisión debería haberse tomado antes”. Esta declaración subraya la percepción del Kremlin de que la intervención era necesaria para salvaguardar los intereses nacionales de Rusia, desestimando las acusaciones de agresión.
Putin también dejó claro que Moscú está dispuesto a dialogar con Ucrania, pero bajo ciertas condiciones. Sostuvo que no se puede negociar con un líder que considera ilegítimo, refiriéndose a Volodymyr Zelensky, quien ha pospuesto elecciones en su país. “Si alguien se presenta a las elecciones y gana legitimidad, hablaremos con cualquiera, incluido Zelensky”, afirmó, sugiriendo que la falta de elecciones en Ucrania afecta la legitimidad del actual gobierno.
Cuestiones internas y relaciones exteriores
El presidente ruso abordó también la crisis demográfica que enfrenta su país, señalando que la disminución de la población es un desafío estratégico. Putin destacó la necesidad de crear condiciones que fomenten la natalidad, prometiendo más apoyo estatal para las familias, especialmente en áreas rurales.
En el ámbito internacional, Putin elogió la relación de Rusia con China, describiéndola como más fuerte que nunca. “Nuestras relaciones con China están en un nivel sin precedentes, tanto económica como estratégicamente”, afirmó, enfatizando la cooperación en proyectos energéticos y militares. Esta alianza se presenta como un contrapeso a las tensiones con Occidente.
En cuanto a la situación en Siria, Putin reconoció que Israel ha ganado influencia en la región, pero insistió en que Rusia ha logrado sus objetivos estratégicos allí, centrados en la lucha contra el terrorismo y la estabilización de la zona.
Finalmente, Putin se refirió a la migración como un problema agudo para Rusia, reconociendo la necesidad de controlar la inmigración ilegal mientras se da la bienvenida a trabajadores extranjeros cualificados. Esta situación se complica por la inestabilidad regional en Asia Central.
La intervención de Putin en este evento anual refleja no solo su visión sobre los desafíos que enfrenta Rusia, sino también su estrategia para navegar en un entorno internacional cada vez más complejo y polarizado.
