La catedral de Notre-Dame de París, recientemente restaurada tras el devastador incendio de 2019, se prepara para incorporar un nuevo elemento contemporáneo en su interior. La artista francesa Claire Tabouret, de 43 años, ha sido seleccionada para diseñar nuevas vidrieras que reemplazarán las originales de finales del siglo XIX, obra del arquitecto Eugène Viollet-le-Duc, como parte de un proyecto de restauración que asciende a 846 millones de euros y que ha durado más de cinco años.
Las nuevas vidrieras, que están programadas para instalarse en las capillas del lado sur de la catedral, fueron elegidas entre más de 100 propuestas en un concurso nacional. Mientras que algunas de las vidrieras originales sobrevivieron al incendio, el Ministerio de Cultura de Francia ha decidido proceder con su reemplazo, una decisión que ha generado un intenso debate. La Comisión Nacional del Patrimonio ha expresado su oposición a este plan, argumentando que las características originales deberían conservarse de acuerdo con directrices internacionales, como la Carta de Venecia de 1964, que aboga por la preservación de elementos históricos a menos que sea absolutamente necesario modificarlos.
De acuerdo con informes de ARTnews, la Iglesia Católica especificó que la artista ganadora debía trabajar en un estilo figurativo, excluyendo así a los artistas abstractos. Tabouret ha declarado que su diseño busca representar a personas de diversos orígenes culturales unidas en oración para celebrar el Pentecostés, planteando su obra como un gesto de esperanza en tiempos de división y conflicto. “Una obra de arte figurativa puede ser comprendida sin explicación ni etiqueta por personas de diferentes culturas”, afirmó la artista.
La elección de Tabouret fue realizada por el presidente francés Emmanuel Macron y el arzobispo de París, Laurent Ulrich. La artista colaborará con el renombrado estudio de vidrieras Simon-Marq en Reims, un taller histórico que ha participado anteriormente en la restauración de catedrales dañadas durante la Segunda Guerra Mundial.
La instalación de estas nuevas vidrieras marca un paso significativo en la evolución de la catedral, que busca equilibrar su rica herencia con un enfoque contemporáneo, generando un debate sobre la identidad y el futuro del patrimonio cultural en un mundo en constante cambio.