El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, está considerando la posibilidad de conmutar las sentencias de muerte de 40 reclusos en el corredor de la muerte federal antes de finalizar su mandato, según ha informado el diario Washington Post. Si esta decisión se lleva a cabo, las penas capitales serían reemplazadas por cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.
Esta medida podría obstaculizar la capacidad del presidente electo, Donald Trump, para reanudar el ritmo acelerado de ejecuciones que caracterizó su primer mandato. Durante la administración de Trump, se llevaron a cabo 13 ejecuciones federales, mientras que bajo la presidencia de Biden no ha habido ninguna. La abolición de la pena de muerte federal fue una de las promesas de campaña del actual presidente demócrata.
Trump, por su parte, ha manifestado su intención de reiniciar las ejecuciones durante su campaña electoral, llegando a afirmar que «exige la pena de muerte para cualquier migrante que mate a un ciudadano estadounidense o a un agente de la ley».
Consideraciones sobre la conmutación de penas
La decisión de Biden podría anunciarse antes de la Navidad, según fuentes cercanas al asunto. Sin embargo, persiste la incertidumbre sobre si el presidente optará por una conmutación general o si hará excepciones para aquellos convictos que hayan cometido crímenes especialmente graves.
El fiscal general Merrick Garland, quien supervisa las prisiones federales, ha sugerido que se mantenga la pena de muerte para un «puñado» de reclusos condenados por terrorismo y crímenes de odio. Entre los posibles excepcionales se encuentran Dzhokhar Tsarnaev, responsable del atentado en el maratón de Boston en 2013; Robert Bowers, autor de un tiroteo en una sinagoga en Pittsburgh en 2018; y Dylann Roof, quien asesinó a nueve personas en una iglesia en Carolina del Sur en 2015.
La posibilidad de que Biden conmute las penas ha generado reacciones adversas entre los republicanos. El líder de la minoría en el Senado, Mitch McConnell, ha expresado su desaprobación, argumentando que tal decisión implicaría que «la política progresista es más importante para el presidente que las vidas arrebatadas por estos asesinos». McConnell ha insistido en que esto significaría que la condena más contundente de la sociedad hacia el supremacismo blanco y el antisemitismo se vería eclipsada por «palabrería legal».
Es importante señalar que la conmutación de Biden solo afectaría a los 40 reclusos en el corredor de la muerte federal, ya que no tiene autoridad sobre los casi 2,200 prisioneros condenados a muerte por tribunales estatales en Estados Unidos.