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El caso de Christchurch: cómo reducir el uso del coche mediante políticas de transporte efectivas

In Ciencia
diciembre 22, 2024

A nivel mundial, se está promoviendo el uso de medios de transporte alternativos como caminar, montar en bicicleta o utilizar el transporte público en lugar de usar el automóvil. Las razones son diversas y abarcan desde la reducción del cambio climático y la contaminación, hasta la disminución de la congestión del tráfico y los costos de infraestructura, además de mejorar la salud y el bienestar de las personas.

Sin embargo, en Nueva Zelanda, a pesar de los esfuerzos realizados por gobiernos, consejos municipales e individuos, los incrementos sostenidos en el uso de estos modos de transporte alternativos siguen siendo esquivos. Esto se debe, en gran parte, a que las políticas son implementadas de forma aislada. Por lo tanto, el desafío radica en desarrollar un enfoque más cohesivo en la planificación del transporte, basado en investigaciones y adaptado adecuadamente al contexto.

Un ejemplo de éxito en Christchurch

Un ejemplo reciente de cómo se puede avanzar en este sentido se encuentra en una encuesta realizada cada cuatro años por la Universidad de Canterbury, que tiene como objetivo identificar las tendencias de desplazamiento entre su personal y estudiantes. La encuesta también indaga sobre las principales barreras para dejar de usar el automóvil, lo que ayuda a informar políticas que fomenten opciones de viaje más sostenibles. Los resultados de este año muestran una tendencia prometedora.

La universidad está situada a cuatro kilómetros al oeste del centro de Christchurch, una ciudad de 400,000 habitantes en la Isla Sur de Nueva Zelanda. Actualmente, cuenta con más de 24,000 estudiantes (un aumento respecto a unos 12,000 hace 20 años) y 6,000 empleados a tiempo completo y parcial. Se estima que aproximadamente 15,000 personas se desplazan a la universidad en un día típico.

A lo largo de las décadas de 1980 y 1990, y como muchas instituciones en ciudades de baja densidad y dominadas por el automóvil, la universidad vio un aumento gradual en el uso de vehículos particulares para llegar al trabajo. Desde entonces, ha intentado incentivar a su personal y estudiantes a usar el transporte público, o a caminar, montar en bicicleta y compartir coche. La encuesta de 2024 reveló que el número de personas que conducen a la universidad ha disminuido desde 2020: el 38% de los encuestados condujo al campus, el 21% montó en bicicleta, el 20% caminó y el 15% utilizó el autobús.

Inversiones en infraestructuras de transporte

El Consejo Municipal de Christchurch es responsable de las carreteras y la infraestructura ciclista. A lo largo de los años, ha invertido esfuerzos y recursos significativos en la creación de infraestructuras para ciclistas, incluyendo una serie de ciclovías principales, como la Uni-Cycle, que conecta la universidad con el centro de la ciudad. Esta inversión ha resultado en un crecimiento considerable del uso de la bicicleta, incluida la de los estudiantes que se desplazan a la universidad.

Por otro lado, el consejo regional, Environment Canterbury, es responsable del transporte público. La reciente adopción de un esquema de tarifas planas de bajo costo (NZ$2 para adultos y NZ$1 para tarifas de concesión) ha incrementado la utilización del autobús. Investigaciones locales han demostrado que estas tarifas reducidas son especialmente importantes para las personas con bajos ingresos, por lo que la inclusión de concesiones para personas menores de 25 años por parte del anterior gobierno fue crucial para fomentar el uso del autobús entre los estudiantes.

La encuesta de transporte mostró que el costo como barrera para los estudiantes que usan el autobús disminuyó del 30% en 2020 al 10% en 2024, sugiriendo que las tarifas de autobús asequibles estaban funcionando. Sin embargo, la concesión para menores de 25 años ha sido revertida por el actual gobierno, lo que podría afectar negativamente el uso del transporte público por parte de los estudiantes.

En el campus, la universidad ha implementado diversas políticas para fomentar el uso del transporte activo y público, como la introducción de un sistema de pago por estacionamiento que ha incrementado significativamente sus tarifas, y la provisión de aparcamientos seguros para bicicletas, estaciones de reparación y duchas. Además, se han establecido talleres de habilidades para ciclistas, lo que demuestra un compromiso claro hacia la promoción de alternativas sostenibles de transporte.

El éxito en la reducción del uso del automóvil para los desplazamientos hacia la universidad se puede atribuir a tres áreas fundamentales: un buen diseño y planificación de políticas de transporte local, un compromiso activo por parte del empleador y una estrecha colaboración entre la universidad y los consejos locales. Estas acciones, junto con un enfoque cohesivo e informado por la investigación, son cruciales para motivar a las personas a optar por alternativas al uso del automóvil.

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