Un terremoto de magnitud 6.1 sacudió la isla principal de Vanuatu en la madrugada del domingo, aunque no se reportaron daños significativos. Este temblor se produjo cinco días después de un sismo más potente que dejó un saldo trágico de 12 muertos y devastó la infraestructura en la isla de Efate, donde se encuentra la capital, Port Vila.
El último sismo ocurrió a una profundidad de 40 kilómetros y se localizó a unos 30 kilómetros al oeste de la capital. A las 2:30 a.m. hora local (1530 GMT del sábado), los habitantes de la zona sintieron el movimiento, aunque no hubo alertas de tsunami. Michael Thompson, un empresario de Port Vila, describió el temblor como un fuerte movimiento que despertó a su familia, pero que no causó daños en su área inmediata.
Impacto del terremoto anterior
El terremoto de magnitud 7.3, que tuvo lugar el martes anterior, causó el colapso de edificios de concreto y deslizamientos de tierra en los alrededores de la capital. Según cifras del gobierno, el número de muertos se mantiene en 12, mientras que se han reportado 210 heridos y 1,698 personas desplazadas temporalmente. Los esfuerzos de ayuda se ven complicados por la interrupción de las redes móviles, lo que dificulta la comunicación con el exterior.
Además de los daños en las comunicaciones, el primer terremoto afectó los suministros de agua y paralizó las operaciones en el principal puerto de la capital. Ante esta situación, el gobierno de Vanuatu declaró un estado de emergencia de siete días y un toque de queda nocturno. No obstante, el sábado se anunció el levantamiento de la suspensión de vuelos comerciales para reactivar la vital industria del turismo, con los primeros vuelos programados para el domingo.
Los equipos de rescate de Australia y Nueva Zelanda han enviado más de 100 efectivos junto con equipos de rescate, perros y suministros de ayuda para buscar sobrevivientes atrapados y realizar reparaciones de emergencia. Según Douglas May, líder del equipo de rescate australiano, se han identificado «numerosos lugares de colapso» en la ciudad, donde varios edificios están completamente destruidos.
A pesar de que el suministro eléctrico ha sido restablecido en algunas áreas, muchas personas siguen sin luz, y las principales empresas continúan cerradas. Thompson destacó que la situación actual es diferente a la de desastres anteriores, como los ciclones, que devastan el exterior. En cambio, los terremotos tienden a causar daños más severos en la infraestructura interna de los edificios.
Vanuatu, un archipiélago de aproximadamente 320,000 habitantes, se encuentra en el anillo de fuego del Pacífico, una zona propensa a terremotos. La industria turística representa cerca de un tercio de la economía del país, según el Consejo de Negocios Australia-Pacífico. La capacidad de Vanuatu para recuperarse de esta serie de desastres naturales será crucial para su futuro económico y social.