El potencial del carbono obtenido de la cáscara de arroz en baterías
La investigación realizada por un equipo de la Universidad de Michigan ha revelado que las cenizas de cáscara de arroz, producto de la combustión de la capa externa de los granos de arroz, contienen un tipo de carbono que podría casi duplicar la densidad energética de las baterías de iones de litio o sodio convencionales. Este descubrimiento representa un avance significativo en la búsqueda de materiales sostenibles para la fabricación de electrodos de baterías, ya que este carbono «duro» supera al grafito común en términos de rendimiento.
Tradicionalmente, se pensaba que el carbono duro solo podía obtenerse mediante el calentamiento de biomasa, como residuos agrícolas, a temperaturas extremadamente altas en un entorno libre de oxígeno. Sin embargo, el nuevo método de producción a través de la combustión de cáscaras de arroz ofrece una alternativa más sostenible y económica, evitando la dependencia de grafito importado de países como China o México. Además, el proceso de obtención de grafito a partir de biomasa implica un alto costo ambiental, generando entre cinco y diez toneladas de CO2 por cada tonelada de grafito de calidad para baterías.
La conversión de la cáscara de arroz en una fuente de carbono para baterías no solo contribuye a la sostenibilidad, sino que también aprovecha un material que, en gran medida, termina en vertederos. La quema de estas cáscaras permite generar electricidad de manera carbononeutral. Un ejemplo de esto es Wadham Energy LP, que produce anualmente 200,000 megavatios-hora de energía a partir de cáscaras de arroz, suficiente para abastecer a aproximadamente 22,000 hogares. Este enfoque no solo apoya la transición hacia energías más limpias, sino que también ayuda a cumplir con la creciente demanda de soluciones energéticas eficientes para vehículos eléctricos y almacenamiento de energía renovable.
