‘Carol of the Bells’, conocida mundialmente como un villancico navideño, tiene en Ucrania un significado que va más allá de la celebración festiva: se ha convertido en un emblemático símbolo de resistencia cultural. Originalmente titulada ‘Shchedryk’ (‘La pequeña golondrina’), fue compuesta en 1914 por el músico ucraniano Mykola Leontovych como canción de Año Nuevo, inspirada en una antigua melodía popular, ‘Shchedrivka’, que se remonta a tiempos paganos. A diferencia de la versión inglesa, que se centra en campanas, la canción original celebra la llegada de las golondrinas, la abundancia y la prosperidad, con referencias a la riqueza y la familia.
El estreno de ‘Shchedryk’ tuvo lugar en diciembre de 1916 durante un concierto navideño en el edificio del Consejo Mercantil, actual Filarmónica Nacional de Ucrania. A pesar de las restricciones significativas sobre el uso del idioma ucraniano en el siglo XX, Leontovych decidió componer la letra en su lengua natal. En esa época, el idioma no era ilegal, pero las políticas zaristas limitaban su uso público y educativo, lo que dificultaba su promoción cultural.
Una vez que la composición de Leontovych ganó reconocimiento internacional, ‘Shchedryk’ se convirtió en un símbolo de identidad y orgullo nacional ucraniano. Durante el régimen soviético, las expresiones culturales de la herencia ucraniana fueron sistemáticamente reprimidas o reinterpretadas para ajustarse a la ideología del régimen. Sin embargo, con sus profundas raíces en la tradición ucraniana, ‘Shchedryk’ emergió como un poderoso emblema de resiliencia y resistencia cultural, especialmente tras la Revolución Rusa de 1917.
La ejecución de la canción por parte de ucranianos fuera del control soviético contribuyó a su prominencia en los medios occidentales. A lo largo de más de 100 años, el Coro Nacional Ucraniano realizó alrededor de 500 conciertos en Europa y América, siendo muy bien recibidos por el público, especialmente con ‘Shchedryk’. En 1936, el director estadounidense Peter Wilhousky escribió nuevas letras en inglés, transformando la obra en ‘Carol of the Bells’, que se popularizó rápidamente en las celebraciones navideñas de Occidente. Desde su primera presentación en el Carnegie Hall de Nueva York en octubre de 1922, la canción ha ido más allá de sus orígenes ucranianos, convirtiéndose en un pilar de la música navideña mundial.
Sin embargo, Leontovych no pudo disfrutar del éxito de su creación. Fue asesinado en 1921 por la Cheka, la policía secreta bolchevique, probablemente debido a su asociación con el nacionalismo ucraniano y la resistencia cultural. Su muerte se considera parte de una represión más amplia contra intelectuales y figuras culturales ucranianas. A pesar de los intentos de erradicar la cultura ucraniana, ‘Shchedryk’ ha perdurado como un himno de resistencia frente al imperialismo.
En la actualidad, para muchos ucranianos, la canción sigue representando una lucha contra la opresión cultural. La premio Nobel de la Paz Oleksandra Matviichuk ha enfatizado que, a lo largo de la historia, el Imperio Ruso ha intentado destruir el idioma y la cultura ucraniana, y aunque se han perdido vidas y se han suprimido voces, la popularidad de ‘Shchedryk’ en el mundo es una forma de restaurar la justicia cultural.
La negación de la identidad ucraniana por parte de figuras políticas como el presidente ruso Vladimir Putin, quien sostiene que ucranianos y rusos son un solo pueblo, refleja una estrategia más amplia de supresión cultural. Desde 2014, se han documentado ataques dirigidos a sitios culturales ucranianos, así como a la eliminación del uso del idioma, lo que pone de manifiesto un intento de borrar la identidad nacional ucraniana. La cultura, la música y el idioma son elementos clave en la construcción de la identidad de un pueblo, y la historia de ‘Carol of the Bells’ es testimonio de la resistencia de Ucrania frente a la opresión y la lucha por su reconocimiento en el ámbito global.