El conflicto en Ucrania sigue siendo un tema candente en la política internacional, y recientemente, el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Sergey Lavrov, ha hecho declaraciones que podrían cambiar la dinámica de las negociaciones. Según Lavrov, Francia ha propuesto ayudar a Moscú a establecer un diálogo sobre el conflicto sin la participación directa de Kiev. Esta oferta, realizada a través de canales cerrados, ha suscitado interrogantes sobre la postura de París en la crisis ucraniana.
Durante una rueda de prensa a finales de año, Lavrov afirmó que los diplomáticos franceses han acercado a la parte rusa con la intención de facilitar conversaciones sobre el conflicto ucraniano. Sin embargo, este acercamiento se realiza sin la inclusión de Ucrania, lo que contraviene, según el ministro, la norma occidental de que “no se debe hablar de Ucrania sin Ucrania”.
Ambigüedad en la postura francesa
A pesar de la disposición de Rusia para mantener este tipo de diálogos, Lavrov subrayó que Francia también ha sido la principal impulsora de discusiones sobre el envío de fuerzas de paz a Ucrania y actualmente está entrenando a tropas ucranianas. Además, ha manifestado la necesidad de “seguir golpeando a Rusia” para fortalecer la posición negociadora de Ucrania. Esta ambigüedad en la actitud francesa, según Lavrov, no genera confianza en la seriedad de la iniciativa.
El ministro ruso también reiteró que Moscú está abierto a discutir soluciones para el conflicto, incluso con la próxima administración del presidente electo de EE. UU., Donald Trump. Sin embargo, dejó claro que Rusia no aceptará propuestas que incluyan un alto el fuego, considerándolo un “camino sin salida”, ya que permitiría a Ucrania reagruparse, recibir más armamento de Occidente y continuar con su movilización.
Lavrov enfatizó que Rusia busca “acuerdos legales finales que fijen todas las condiciones para garantizar la seguridad de Rusia y los intereses legítimos de nuestros vecinos, en un contexto que asegure la imposibilidad de violar estos acuerdos de manera legal internacionalmente”. Este enfoque refleja la postura firme de Moscú en las negociaciones, que se presenta como una búsqueda de estabilidad y seguridad en la región.