Avances en la expresión facial de androides: un paso hacia la humanidad robótica
Los avances en la robótica han permitido que los androides se asemejen cada vez más a los seres humanos, tanto en su apariencia como en su capacidad para mimetizar expresiones faciales. Sin embargo, a pesar de su realismo visual, la interacción con estos robots puede resultar inquietante. Las expresiones que presentan, aunque familiares, a menudo carecen de un estado emocional consistente, generando en el observador una sensación de incomodidad. Este fenómeno, conocido como «valle inquietante», se refiere a la aversión que provoca un ser artificial que se asemeja a un humano, pero que no logra replicar su complejidad emocional.
Hasta ahora, la técnica utilizada para que los androides exhibieran expresiones faciales durante períodos prolongados era el «método de parcheo». Este enfoque consiste en preparar una serie de escenarios de acción preestablecidos para evitar movimientos faciales antinaturales al cambiar entre ellos. Sin embargo, esta metodología presenta desafíos prácticos, como la necesidad de preparar con antelación complejas secuencias de movimientos y la dificultad para minimizar transiciones evidentes entre las distintas expresiones. Esto puede resultar en una comunicación menos fluida y natural entre humanos y robots.
Recientemente, un grupo de investigadores liderado por Hisashi Ishihara ha desarrollado una tecnología innovadora para la síntesis dinámica de expresiones faciales en androides. Este avance se basa en la creación de «movimientos de onda», que representan gestos faciales como el parpadeo y el bostezo como ondas individuales. Estas ondas se propagan a las áreas faciales correspondientes y se superponen para generar movimientos complejos en tiempo real, eliminando así la necesidad de preparar datos de acción diversificados y complejos. Además, al introducir la «modulación de ondas», se logra que el estado interno del robot, como su estado de ánimo, se refleje instantáneamente en su expresión facial, lo que podría enriquecer significativamente la comunicación emocional entre humanos y androides.