Desigualdades en la Inteligencia Artificial: La Lucha de la Comunidad LGBTIQ+
Arjun Subramonian, un joven de 24 años originario de California, se ha convertido en una voz significativa en la lucha por la inclusión dentro del ámbito tecnológico. Creciendo en un entorno que mezcla el glamour de Hollywood con la innovación de Silicon Valley, Subramonian se sintió inspirado desde pequeño al imaginar un futuro donde la tecnología transformaría la movilidad. Sin embargo, su experiencia personal al declararse abiertamente gay durante sus estudios en Ciencias de la Computación lo llevó a reflexionar sobre la marginación que sufre el colectivo LGBTIQ+ en el sector tecnológico. Según sus observaciones, este colectivo está subrepresentado en un 20% en comparación con otros grupos, lo cual plantea preocupaciones sobre los sesgos algorítmicos en los sistemas de inteligencia artificial.
Los modelos de aprendizaje automático, que se basan en grandes volúmenes de datos obtenidos de Internet, pueden perpetuar prejuicios que afectan a grupos históricamente excluidos. Subramonian es uno de los principales impulsores de Queer in AI, una organización fundada en 2020 con el objetivo de visibilizar la diversidad en la ciencia y la tecnología. Durante la pandemia, un incidente revelador tuvo lugar cuando él y otros activistas notaron que el término «queer» no podía ser enviado a través de una plataforma de mensajería, lo que evidenció cómo las listas de bloqueo pueden silenciar de manera efectiva aspectos de la identidad LGBTIQ+. Este tipo de censura digital no solo afecta la comunicación, sino que también limita la representación de estas identidades en los datos utilizados para entrenar sistemas de inteligencia artificial.
Las experiencias de personas transgénero, como Ilia S., también ponen de manifiesto las fallas de estos sistemas. Residente en Tailandia tras huir de la guerra en Ucrania, Ilia ha enfrentado dificultades con el reconocimiento de voz de su banco, que no pudo identificarlo debido a su tono de voz andrógino. Este tipo de incidentes subraya la necesidad de un enfoque más inclusivo y representativo en el desarrollo de tecnologías de inteligencia artificial. Expertos en el campo, como Cristina Aranda y Adio Dinika, han enfatizado que el sesgo en estos sistemas no es inherente sino el resultado de las decisiones tomadas por un grupo reducido de personas que, en su mayoría, pertenecen a una única demografía. Esta realidad plantea un desafío importante para el futuro de la tecnología, donde la inclusión y la diversidad deberían ser prioridades en la creación de herramientas que afectan a todos los aspectos de la vida cotidiana.