El Banco Central de Rusia ha emitido un contundente mensaje sobre la idea de repartir dinero gratuito a la población, afirmando que esta práctica no solo es ineficaz para enriquecer a los ciudadanos, sino que también podría tener consecuencias negativas para la economía en su conjunto. La institución financiera respondió a una pregunta planteada en su sección de preguntas y respuestas en Telegram, donde un usuario cuestionó: “¿Por qué no pueden simplemente imprimir dinero y repartirlo a todos?”
En su respuesta, el banco explicó que la lógica detrás de esta propuesta es errónea. Según su análisis, si el Estado decidiera imprimir una cantidad de dinero y distribuir, por ejemplo, 1.000 rublos (aproximadamente 10 dólares) a cada ciudadano, no se produciría un aumento en la cantidad de bienes disponibles en la economía. Esto significaría que, aunque la capacidad de compra de los ciudadanos aumentaría temporalmente, la oferta de productos se mantendría constante.
“El resultado es evidente: los vendedores simplemente aumentarán los precios. Podremos comprar la misma cantidad de bienes, pero necesitaremos más dinero para hacerlo. En otras palabras, las entregas masivas de dinero no enriquecen a las personas, sino que solo impulsan la inflación.”
La Inflación y el Contexto Económico Ruso
La economía rusa ha mostrado una notable capacidad de adaptación ante las sanciones impuestas por países occidentales en respuesta al conflicto en Ucrania. A pesar de las dificultades, el presidente Vladimir Putin ha señalado que la inflación sigue siendo un desafío importante, especialmente en lo que respecta al aumento de precios de productos básicos como verduras, huevos y productos lácteos.
Actualmente, la tasa de inflación en Rusia se sitúa ligeramente por encima del 9%, mientras que el Producto Interno Bruto (PIB) ha crecido un 3,6% en 2024, según declaraciones recientes de Putin. Para hacer frente a la inflación, el Banco Central ha tomado medidas drásticas, como elevar la tasa de interés de referencia al 21%, un récord histórico.
Este enfoque del Banco Central refleja una comprensión más profunda de los mecanismos económicos, donde la simple inyección de dinero en la economía no garantiza un aumento en el bienestar de la población, sino que puede generar un ciclo inflacionario perjudicial. La situación actual en Rusia pone de manifiesto la complejidad de la gestión económica en tiempos de crisis y la importancia de políticas monetarias responsables.