El estereotipo del consumo elevado de vodka entre los rusos ha sido una constante en la percepción internacional de la cultura rusa. Sin embargo, esta imagen ha comenzado a transformarse, especialmente en las grandes ciudades como Moscú, donde un número creciente de ciudadanos ha optado por un estilo de vida más saludable. Este fenómeno, conocido como zosh (siglas en ruso de «vida sana»), se aleja de la comida rápida, el alcoholismo y el sedentarismo, buscando un equilibrio más positivo en la vida cotidiana.
Desde principios del siglo XXI, muchos moscovitas han tomado la iniciativa de cambiar sus hábitos. Este cambio resulta paradójico, dado que Rusia ha sido históricamente el hogar de numerosos deportistas de élite, especialmente en disciplinas individuales como la gimnasia y el atletismo. La lucha contra el alcoholismo se ha convertido en una prioridad para muchos ciudadanos que buscan mejorar su calidad de vida.
Deporte y salud en Moscú
El nuevo enfoque hacia un estilo de vida saludable ha sido respaldado por la creación de infraestructuras adecuadas. En Moscú, se han desarrollado parques extensos, algunos de los cuales albergan poblaciones nativas de alces y ciervos, así como pistas de atletismo y numerosas canchas de fútbol. Estas instalaciones han sido bien recibidas por los locales. Aleksander, un entusiasta del running, comenta que “ahora hay muchas más facilidades que años atrás”, destacando la disponibilidad de material deportivo especializado y grupos de entrenamiento.
La actividad física no se detiene en invierno; los moscovitas continúan corriendo y jugando al fútbol, incluso cuando la nieve cubre el césped. La práctica deportiva en condiciones frías, según Aleksander, puede ser beneficiosa si se realiza adecuadamente abrigado, ya que el cuerpo necesita mantener el calor, lo que puede facilitar la pérdida de peso y la mejora de la condición física.
En cuanto al consumo de alcohol, el vodka ha ido perdiendo protagonismo en la vida de los rusos. Actualmente, las bebidas espirituosas representan el 40% de las ventas, una notable disminución respecto al 70% que se registraba a principios de los años 2000. Svetlana, una joven moscovita, señala que “la gente es más consciente y prefiere beber disfrutando del momento en lugar de torturar su hígado”. Esta tendencia se traduce en una preferencia por la cerveza, el vino y los combinados, en detrimento del consumo de vodka puro.
Moscú también ofrece un amplio abanico de opciones para los aficionados al deporte. Los seguidores del fútbol pueden disfrutar de múltiples equipos en la capital, como el CSKA Moscú, el Lokomotiv, el Spartak, el Dinamo y el Torpedo. Yuri, un apasionado del CSKA, destaca que “cuanto más clubes existen, más oportunidades tiene el CSKA para competir con ellos, y en consecuencia, más interesante es ver los partidos”. Sin embargo, la situación actual del fútbol ruso se ha visto afectada por la imposibilidad de los equipos de participar en competiciones internacionales.
En el entorno de los estadios, los aficionados también encuentran espacios dedicados a celebrar su pasión. Un bar cerca del estadio del Dinamo está decorado con camisetas y banderas de los equipos, donde Igor, un ferviente seguidor, comparte su dedicación al club, afirmando que “el Dinamo es su vida”.
Además del fútbol, Moscú alberga competiciones de primer nivel en otros deportes. El CSKA de baloncesto es uno de los equipos más laureados de Europa, y el hockey sobre hielo, considerado el deporte rey en Rusia, cuenta con equipos destacados como el Dinamo, el CSKA y el Spartak, que han cosechado numerosos éxitos en la Liga Continental de Hockey.