El Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB) ha informado sobre la detención de un ciudadano ruso que supuestamente había acordado colaborar con la inteligencia militar de Ucrania para llevar a cabo ataques con explosivos. Según el FSB, el individuo había sido reclutado a través de sus comentarios en redes sociales, donde mostró interés en la situación del conflicto ucraniano.
El sospechoso reveló a los investigadores que fue contactado por un usuario a través de una aplicación de mensajería, quien le propuso convertirse en un activo para la HUR, la agencia de espionaje ucraniana. Se le proporcionó un dispositivo explosivo improvisado (IED) que debía ser utilizado en un ataque contra un conocido bloguero militar o un oficial de alto rango del ejército ruso.
El plan inicial consistía en colocar el artefacto explosivo bajo el coche del bloguero o en la entrada de su vivienda. Sin embargo, el sospechoso sufrió una enfermedad que llevó a los ucranianos a cancelar la operación. Posteriormente, recibió nuevas instrucciones para utilizar el explosivo contra un oficial militar ruso de alto rango. Fue detenido mientras seguía a su nuevo objetivo.
Detalles del artefacto explosivo
El FSB ha divulgado imágenes del IED, que estaba diseñado para maximizar su letalidad mediante el uso de un núcleo explosivo recubierto de balas de acero. Este artefacto estaba disfrazado como un altavoz portátil con un punto de sujeción magnético y tenía una potencia estimada de 1.5 kg de TNT. Las autoridades rusas utilizaron un robot para recuperar el dispositivo y proceder a su desactivación de manera segura.
En los últimos días, el FSB ha reportado la frustración de varios intentos de asesinato que atribuye al gobierno ucraniano, incluyendo un complot para eliminar a un activista mediante un artefacto disfrazado como un premio de un medio de comunicación ruso. Estos incidentes se producen en un contexto de creciente tensión entre Rusia y Ucrania, donde las operaciones de inteligencia y contrainteligencia juegan un papel crucial.
Este suceso se suma a otros eventos recientes, como el asesinato del general ruso Igor Kirillov y su asistente, que, según los investigadores, fue orquestado por Kiev. Ambos oficiales perdieron la vida tras la detonación de un explosivo oculto en un patinete eléctrico, lo que subraya la gravedad de la situación y la escalada de la violencia en la región.