Geoffrey Hinton, un pionero en el campo de la inteligencia artificial y reciente galardonado con el Premio Nobel de Física 2024, ha elevado sus preocupaciones sobre el riesgo que esta tecnología representa para la humanidad. En una entrevista reciente en BBC Radio 4, Hinton estimó que la posibilidad de que la inteligencia artificial cause la extinción humana en los próximos 30 años ha aumentado, situándola entre un 10% y un 20%.
Este aumento en la probabilidad, que ha pasado del 10% al 20% en solo un año, refleja la creciente inquietud entre los expertos sobre el desarrollo descontrolado de sistemas de inteligencia artificial avanzada. Hinton, conocido como el «padrino de la IA», dejó claro que el avance de esta tecnología ha sido «mucho más rápido de lo que esperaba».
Desafíos de la inteligencia artificial avanzada
Durante la entrevista, Hinton enfatizó la dificultad de controlar sistemas de inteligencia artificial que podrían superar la inteligencia humana. «Nunca hemos tenido que lidiar con algo más inteligente que nosotros», afirmó, sugiriendo que la situación es comparable a que un niño pequeño controle a un adulto. Esta analogía ilustra la preocupación de que las futuras IA podrían actuar de manera autónoma y potencialmente perjudicial.
El científico también subrayó la necesidad urgente de regulación en el sector, argumentando que «la única cosa que puede obligar a las grandes empresas a investigar más sobre la seguridad es la regulación gubernamental». Hinton se une a un grupo de destacados científicos que han advertido que mitigar el riesgo de extinción por IA debería ser una prioridad global, comparable a otros riesgos de escala social como las pandemias o la guerra nuclear.
Entre los firmantes de esta declaración se encuentran figuras prominentes como Elon Musk y Steve Wozniak, quienes comparten la preocupación de Hinton sobre los peligros que la inteligencia artificial puede representar si no se gestiona adecuadamente.
Por otro lado, Yann LeCun, científico jefe de IA en Meta, ha expresado opiniones contrarias, sugiriendo que la tecnología podría, de hecho, salvar a la humanidad de la extinción. Este debate refleja la polarización existente en el campo de la inteligencia artificial, donde las visiones sobre su futuro y su impacto en la sociedad son profundamente divergentes.
La creciente preocupación de Hinton y otros expertos resalta la necesidad de un enfoque equilibrado y responsable en el desarrollo de la inteligencia artificial, donde la seguridad y la ética sean prioritarias en un mundo cada vez más dominado por la tecnología.
