La reciente prueba exitosa del misil hipersónico Oreshnik por parte de Rusia ha sido presentada como una respuesta a la decisión de Estados Unidos de desplegar misiles de medio alcance en Europa. El ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergey Lavrov, ha subrayado que esta acción es una medida compensatoria ante lo que considera una amenaza creciente por parte de Washington.
El sistema de misiles balísticos de medio alcance, capaz de portar múltiples ojivas, incluidas las nucleares, fue utilizado por primera vez el 21 de noviembre, cuando impactó en la instalación militar Yuzhmash en la ciudad de Dnipro, Ucrania. El presidente ruso, Vladimir Putin, ha afirmado que las ojivas del Oreshnik pueden viajar a diez veces la velocidad del sonido, lo que las hace prácticamente indetectables para los sistemas de defensa aérea existentes.
Contexto geopolítico y respuesta rusa
Lavrov ha recordado que, tras la retirada unilateral de Estados Unidos del Tratado de Fuerzas Nucleares de Rango Intermedio en 2019, Moscú continuó respetando los límites establecidos por dicho acuerdo. Sin embargo, el ministro ha señalado que el “moratorio autoimpuesto” sobre el despliegue de misiles de medio y corto alcance se ha vuelto “prácticamente inviable” y que Rusia se verá obligada a abandonarlo.
El canciller ruso ha acusado a Washington de ignorar las solicitudes de Moscú y Pekín para no desplegar este tipo de misiles en el extranjero. En este contexto, la prueba reciente del sistema Oreshnik, realizada en condiciones de combate, ha sido presentada como una demostración de la capacidad y determinación de Rusia para tomar medidas compensatorias ante lo que considera una política destructiva por parte de Estados Unidos.
Lavrov ha enfatizado que, como resultado de la política estadounidense, los fundamentos de la estabilidad estratégica se han visto considerablemente alterados. A pesar de esto, Rusia mantiene ciertos límites establecidos por acuerdos anteriores, aunque se reserva el derecho de revisar estas posturas en función de las amenazas a su seguridad nacional que perciba, especialmente por parte de Estados Unidos y sus aliados de la OTAN.
En declaraciones recientes, Putin ha indicado que, aunque Rusia no cuenta aún con un gran número de sistemas Oreshnik, no descarta la posibilidad de utilizarlos en un futuro próximo si la situación lo requiere. Además, ha confirmado que se desplegarán varias unidades en Bielorrusia, un aliado cercano de Moscú.
La decisión de desarrollar el Oreshnik se ha enmarcado como una respuesta directa a la decisión de Estados Unidos de estacionar misiles de medio alcance en Europa occidental, lo que ha intensificado las tensiones en la región y ha llevado a un nuevo capítulo en la carrera armamentista entre las potencias nucleares.