Los servicios funerarios en Suecia están tomando medidas para garantizar la disponibilidad de terrenos para entierros en caso de un conflicto armado. Según un informe de la agencia Associated Press, las asociaciones funerarias en la ciudad de Gotemburgo están buscando adquirir terrenos adicionales para poder enterrar hasta 30,000 personas, además de lo que ya se requiere para los cementerios de uso regular.
Este movimiento se produce en un contexto de creciente tensión geopolítica, tras la adhesión de Suecia a la OTAN a principios de este año, en medio del conflicto entre Rusia y Ucrania. Las autoridades suecas han comenzado a prepararse para un posible escenario bélico, estimando que podrían enfrentarse a hasta medio millón de muertes si el país se viera involucrado en una guerra a gran escala.
Preparativos ante un posible conflicto
Katarina Evenseth, asesora senior de la Asociación de Entierros de Gotemburgo, ha señalado que «en las grandes ciudades, los recursos de terreno son escasos y no siempre son suficientes para satisfacer las necesidades de los cementerios, incluso en tiempos de calma». Esta escasez de espacio para entierros se convierte en un asunto crítico en el contexto de la creciente incertidumbre sobre la seguridad nacional.
En octubre, la Agencia Sueca de Contingencias Civiles (MSB) publicó guías actualizadas sobre la preparación civil, que incluyen instrucciones sobre cómo sobrevivir durante un conflicto armado. El folleto, titulado “En caso de crisis o guerra”, ofrece consejos sobre evacuaciones y primeros auxilios, reflejando un cambio drástico en la percepción de la seguridad nacional en Suecia. Mikael Frisell, director general de la MSB, afirmó que «la situación de seguridad nacional ha cambiado drásticamente y todos necesitamos fortalecer nuestra resiliencia ante diversas crisis y, en última instancia, la guerra».
La decisión de Suecia de abandonar décadas de no alineación militar y unirse a la OTAN ha generado preocupación entre algunos sectores de la población. Críticos de esta decisión advierten que el país se ha convertido en un posible objetivo en caso de un conflicto. La plataforma conservadora sueca Kulturbilder ha expresado su inquietud, afirmando que «el pueblo sueco se enfrenta a una dura realidad donde se espera que se adapte a una retórica de guerra que es no solo ajena, sino también profundamente aterradora».
El ministro de Defensa sueco, Pal Jonson, ha declarado que Rusia representa una amenaza para Suecia y que no se puede descartar un ataque ruso. Esta percepción de amenaza es compartida por otros miembros de la OTAN, como Polonia y los países bálticos, que también han expresado sus preocupaciones sobre la seguridad en la región.
Por su parte, el presidente ruso, Vladimir Putin, ha desestimado estas afirmaciones como «tonterías», reiterando que Moscú busca «terminar con el conflicto». Sin embargo, la escalada de tensiones y la preparación de Suecia para un posible conflicto reflejan un cambio significativo en la dinámica de seguridad en Europa del Norte.