La misión Artemis II de la NASA tiene como objetivo devolver astronautas a la Luna, con un lanzamiento previsto no antes de abril de 2026. Esta será la primera vez que los humanos regresen a nuestro satélite natural desde la misión Apollo 17 en 1972. Artemis II utilizará el Sistema de Lanzamiento Espacial (SLS), un cohete de gran potencia diseñado para la exploración espacial más allá de la atmósfera terrestre. La tripulación, compuesta por cuatro astronautas, viajará a bordo de la nave espacial Orion, que ya realizó un vuelo exitoso alrededor de la Luna durante la misión Artemis I.
Exploración científica previa a Artemis II
Antes de la misión Artemis II, la NASA llevará a cabo dos misiones destinadas a explorar el polo sur lunar en busca de recursos que puedan sustentar la exploración humana y facilitar nuevos descubrimientos científicos. Una de estas misiones, Lunar Trailblazer, es de particular interés para los geólogos planetarios, ya que proporcionará datos sobre cómo se forma y se comporta el agua en los planetas rocosos y sus lunas. La otra misión, PRIME-1, o Experimento de Minería de Hielo de Recursos Polares, está programada para ser lanzada en enero de 2025 y llevará a cabo una serie de experimentos para analizar la composición química y el contenido de agua del suelo lunar.
Lunar Trailblazer y PRIME-1 se lanzarán juntas en un cohete Falcon 9, lo que optimiza el uso de combustible y reduce costos mediante un sistema de «rideshare» espacial. Esta colaboración entre múltiples misiones permite compartir recursos y maximizar la eficiencia. Ambas misiones están diseñadas bajo el programa SIMPLEx, que busca realizar exploraciones planetarias innovadoras con un presupuesto limitado, contribuyendo así a una nueva era de exploración lunar. A pesar de estar ligeramente por encima del presupuesto, Lunar Trailblazer se estima que costará alrededor de 80 millones de dólares, que es significativamente menos que las misiones robóticas típicas del programa Discovery de la NASA, que suelen oscilar entre 300 y 500 millones de dólares.
A medida que se intensifican los esfuerzos de exploración lunar, la ciencia detrás de estas misiones se vuelve cada vez más crucial. Lunar Trailblazer examinará cómo el agua en la Luna puede cambiar de estado físico y temperatura en función de la luz solar y la sombra de los cráteres. Utilizando dos instrumentos avanzados, el Lunar Thermal Mapper y el High-resolution Volatiles and Minerals Moon Mapper, la misión proporcionará análisis térmicos y químicos del agua lunar, contribuyendo a nuestra comprensión sobre su origen y distribución. Este conocimiento no solo es vital para futuras misiones tripuladas, sino que también puede ofrecer respuestas sobre cómo el agua se comporta en cuerpos rocosos como la Luna y su potencial uso por parte de astronautas en misiones futuras.